El primer centro de vacunas de ARNm de África se lanzó ceremonialmente el jueves. Un cambio histórico para ayudar a los países pobres a obtener acceso a inyecciones que salvan vidas, según indicó la OMS.
La instalación se materializó en la ciudad sudafricana de Ciudad del Cabo en 2021 gracias al éxito de las revolucionarias vacunas anti-Covid presentadas por Pfizer/BioNTech y Moderna.
“Este precioso proyecto… traerá un cambio de paradigma al abordar el grave problema que enfrentamos, el problema de la equidad, durante la pandemia, para que no se repita nuevamente”, dijo el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un rueda de prensa con motivo de la inauguración.
“En ese momento, Sudáfrica y el resto del mundo en desarrollo estaban al final de la cola cuando se trataba de acceder a las vacunas COVID-19 que salvan vidas”, dijo el ministro de ciencia e innovación de Sudáfrica, Blade Nzimande.
El centro ya ha establecido la producción de vacunas de ARNm a escala de laboratorio y actualmente está ampliando y validando la producción de vacunas Moderna a escala comercial.
La vacuna puede conservarse a temperaturas relativamente cálidas, lo que facilita su almacenamiento en entornos de ingresos bajos y medianos donde la refrigeración extrema puede ser difícil.
La otra función del centro es actuar como una guía para los fabricantes en los países más pobres, ayudándolos a obtener los conocimientos necesarios para fabricar vacunas de ARNm en grandes cantidades y de acuerdo con los estándares internacionales.
La pandemia de Covid-19 que estalló a principios de 2020 expuso la enorme dependencia de África de las vacunas importadas.
Poco más del 50 por ciento de los 1.200 millones de habitantes del continente están completamente vacunados contra el coronavirus, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de África.
Las vacunas que utilizan ARNm provocan una respuesta inmunitaria mediante la entrega de moléculas genéticas que contienen el código de partes clave de un patógeno en las células humanas.
La pandemia de Covid-19 proporcionó un banco de pruebas crucial para la tecnología incipiente, demostrando cómo se podría crear una vacuna segura y eficaz a la velocidad de la luz en comparación con años para las vacunas tradicionales.
Establecido con el apoyo de la OMS, el proyecto de Ciudad del Cabo está a cargo de la empresa biofarmacéutica sudafricana Biovac, la empresa de biotecnología Afrigen y el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica.
El centro tiene el potencial de ampliar la capacidad de fabricación de otras vacunas y productos, como insulina para tratar la diabetes, medicamentos contra el cáncer y, potencialmente, vacunas para enfermedades como la malaria, la tuberculosis y el VIH.
El financiamiento a la fecha asciende a $117 millones, con apoyo principalmente de la Unión Europea, Francia, Alemania y Canadá.