Níger vive su cuarto Golpe de Estado. El Presidente de Níger, Mohamed Bazoum, fue destituido del poder, según un grupo de soldados que apareció en la televisión nacional de este país la noche del miércoles, horas después de que el presidente fuera retenido en el palacio presidencial en Niamey. El mandatario, que se encuentra en buen estado de salud y su familia también, hizo un llamamiento a la población para que salga a las calles a velar por el orden democrático del país, que en los últimos años ha estado minado por ataques de grupos vinculados al Estado Islámico y Al-Qaeda, como la mayoría de los que pertenecen a la franja del Sahel.
El coronel Amadou Abdramane, sentado y flanqueado por otros nueve oficiales reunidos en una plataforma autodenominada Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CLSP), afirmó que las fuerzas de defensa y seguridad habían decidido “poner fin al régimen que conocen debido al deterioro de la situación de seguridad y al mal gobierno”. También informó que cerraron las fronteras del país, se declaró un toque de queda en todo el territorio y todas las instituciones de la república quedaron suspendidas. Los soldados advirtieron contra cualquier intervención extranjera y agregaron que respetarán el bienestar de Bazoum.
Bazoum escribió en Twitter este jueves que todavía representa a las autoridades legítimas del país y que las conquistas democráticas serán “salvaguardadas”. “Todos los nigerinos apegados a la democracia y a la libertad velarán por ello”, afirmó el mandatario en un mensaje dirigido a la población que publicó alrededor de las 6 horas (hora local) de este jueves.
La elección de Bazoum fue la primera transición democrática del poder en un estado que ha sido testigo de cuatro golpes militares desde la independencia de Francia en 1960.
La asonada empezó cuando el miércoles miembros de la guardia presidencial encerraron a Bazoum dentro del palacio presidencial, lo que generó preocupación regional e internacional sobre la inestabilidad en un país que es un aliado fundamental para las potencias occidentales que ayudan a combatir una insurgencia en la región del Sahel.