Duma Boko es oficialmente investido como presidente de la República de Botsuana en una ceremonia a puerta cerrada en la sede de la Corte Suprema de Justicia de Gaborone, la capital del país.
A sus 54 años, el nuevo presidente, líder de la coalición de oposición Umbrella for Democratic Change (UDC), puso fin a casi 60 años de dominio del BDP, que gobernó Botsuana de forma ininterrumpida desde su independencia en 1966.
En su discurso inaugural, Boko destacó la importancia de la transición pacífica del poder, considerándola un ejemplo de democracia madura en África. El nuevo mandatario se compromete a emprender un camino de reformas económicas y sociales, con el objetivo de reducir la dependencia del país de los diamantes, cuyo comercio sigue siendo la principal fuente de ingresos.
« Me comprometo con todas mis fuerzas a no fallar, a no decepcionar, reconociendo la magnitud de la responsabilidad que me ha sido conferida por el pueblo de esta república », expresó Boko tras prestar juramento. En un contexto económico complicado, con un crecimiento proyectado de solo el 1% para finales de 2024, el presidente subrayó la necesidad de diversificar la economía y fomentar la confianza de los inversionistas, sin dejar de fortalecer las relaciones con la industria minera.
Una de sus promesas clave fue el aumento significativo del salario mínimo a 4.000 Pula (unos 300 dólares), y la implementación de un sistema de salud universal, en un intento por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos botsuaneses.
Con su llegada al poder, Duma Boko abre una nueva etapa política en Botswana, marcada por la expectativa de cambios profundos en el ámbito económico, social y de gobernanza, en un momento crucial para el futuro del país.