«Esto debe cambiar, la forma en la que Europa y Francia nos trata. Debéis comenzar a respetarnos y ver a África de un modo distinto. Tenéis que dejar de tratarnos y hablarnos con tono paternalista. Debéis respetar a África». Esta ha sido la dura respuesta del presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, durante la rueda de prensa que mantuvo la semana pasada con el presidente francés, Emmanuel Macron, como motivo de la gira africana que éste ha mantenido del 2 al 5 de marzo.
Con clara incomodidad en el rostro, Macron quiso rebajar el tono acusatorio de su homólogo africano intentando atribuir a la prensa francesa las diferencias mostradas por Tshisekedi.
Algo que contrarió, aún más, la postura del presidente de RDC, que ha quiso tirar de hemeroteca recordando las declaraciones del Gobierno francés en el pasado. Concretamente, Tshisekedi ha hizo referencia a las palabras del exministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Yves Le Drien, quien en el año 2019 valoró negativamente la elección del propio Félix Tshisekedi como un «compromiso africano».
Condena a Ruanda
Otro de los puntos clave de la tensión entre Francia y la excolonia belga es la falta de contundencia de Emmanuel Macron para condenar a Ruanda, país que ya fue acusado por la República Democrática del Congo como principal instigador de la rebelión del M23, grupo que desde 2022 se ha apoderado de gran parte de la provincia de Kivu del Norte, una región rica en minerales.
Por ello, a pesar de que el ejecutivo francés condenó a Ruanda, Macron evitó elevar el tono contra el país africano y se ha limitado a pedir que «todos asuman sus responsabilidades, incluida Ruanda» dejando claro que «aquellos que se interponen en el camino de la paz saben a lo que se enfrentan».
Lejos de asumir responsabilidades, Macron también ha reivindicó el papel de su país en la excolonia belga, explicando que «desde 1994 no se ha podido restaurar la soberanía, ni militar, ni de seguridad, ni administrativa en el país».
Ayudas por valor de 34 millones de euros
En definitiva, a pesar de la cada vez menor influencia francesa en sus excolonias –y en todo el continente–, el clima de tensión de los distintos países africanos han experimentado un gran crecimiento independientemente de las ayudas prometidas por el ejecutivo frncés.
Precisamente, Macron anunció en esta nueva visita ayudas por valor de 34 millones de euros en asistencia para aquellas poblaciones afectadas por el levantamiento armado en la República Democrática del Congo. Anuncio que se suma a los 47 millones que invirtió la Unión Europea para facilitar la llegada de comida, medicamentos y agua potable al país.
Visita marcada por la tensión
Lo que está claro es que la decimoctava visita de Emmanuel Macron al continente africano desde 2017 se esperaba con ganas. El presidente francés no solo fue increpado en la República Democrática del Congo, si no que en cada visita que ha realizado en estos últimos días se ha encontrado con la oposición local.
En su primer destino, Gabon –seguido de República del Congo, Angola y República Democrática del Congo–, Macron fue recibido por decenas de manifestantes que rechazaban la presencia del Gobierno francés en el país. A pesar de las supuestas « buenas intenciones » del mandatario galo en su primer discurso, alegando su intención de reducir la presencia militar en África, este no se ha librado de duras críticas a través de redes sociales.