El golpe de Estado se produce en medio del descontento de miembros del Ejército y protestas de la sociedad civil que acusan al Gobierno de inacción frente a la violencia yihadista.
Los militares anunciaron su control total sobre el país africano a través de la televisión pública de esta nación. Durante los dos últimos días ha reinado la confusión e incertidumbre debido a las informaciones poco precisas sobre la supuesta detención y el derrocamiento del poder del presidente Roch Kaboré, pero con este anuncio se confirmaron las sospechas.
El arresto del mandatario se dio poco después de que fracasaran las negociaciones entre representantes del Gobierno y de la institución castrense, que exigen mayores recursos para hacer frente a la amenaza de los yihadistas.
« Ante la continua degradación de la situación de seguridad que amenaza los cimientos de nuestra nación, la incapacidad manifiesta del poder de Roch Marc Christian Kaboré de unir a los burkineses para afrontar la situación con eficacia, y siguiendo las aspiraciones de los diferentes estratos sociales de la nación, el Movimiento Patriótico por la Salvaguarda y la Restauración (MPSR) ha decidido asumir sus responsabilidades ante la historia », indicó un portavoz militar, capitán Sidsoré Kader Ouédraogo, en la televisión estatal.
La detención de Kaboré convierte al teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damib en el nuevo líder de un país caracterizado históricamente por ser un remanso de estabilidad y paz en una región convulsa que, sin embargo, desde 2016 se enfrenta a la creciente amenaza de grupos yihadistas.
Los militares alabaron en su discurso la toma del poder por la vía no violenta, aunque testigos reportaron durante estos días la existencia de tiroteos en las inmediaciones de la casa presidencial y el ataque a varios de los vehículos oficiales de Kaboré.
Burkina Faso queda sin Gobierno ni Constitución
Las primeras medidas tomadas por el nuevo poder militar fueron la disolución del Ejecutivo, de la Asamblea Nacional y de la Constitución existente en Burkina Faso. El orden constitucional permanecerá alterado hasta que los militares consideren que la situación está controlada en favor de sus intereses.
Mientras tanto, Burkina Faso permanecerá completamente cerrada al mundo, ya que también se decretó el cierre de todas las fronteras aéreas y terrestres. A ello hay que sumar un toque de queda nocturno para evitar reuniones y confrontaciones que puedan surgir en las calles.
En el comunicado dado se sigue sin detallar cual es el estado del expresidente Kaboré y donde se encuentra. Lo poco que se sabe, según ha podido averiguar la agencia de noticias AP es que se vio forzado a dimitir.
Las reacciones no se han hecho esperar y organismos internacionales como Naciones Unidas han condenado la toma del poder por las armas. El secretario general António Guterres reiteró el « compromiso total de la ONU con la preservación del orden constitucional » en Burkina Faso y el apoyo al pueblo en sus esfuerzos « para encontrar soluciones a los desafíos multifacéticos que enfrenta el país ».
Además, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y la Unión Africana (UA) lamentaron los hechos acecidos y mostraron su « gran preocupación » por el futuro del país.
¿Por qué se sublevaron algunos miembros del Ejército en Burkina Faso?
Kaboré ha enfrentado oleadas de protestas en los últimos meses a medida que aumenta la frustración por el frecuente asesinato de ciudadanos y soldados por parte de extremistas con vínculos con el Estado Islámico y Al-Qaeda.
El Ejército ha sufrido decenas de pérdidas humanas desde que comenzó la violencia extremista en 2016. En diciembre, más de 50 miembros de las fuerzas de seguridad perdieron la vida en la región del Sahel y nueve miembros de las fuerzas armadas fueron asesinados en la región del Centro Norte, el pasado noviembre.
Los militares acusan al Gobierno de Kaboré de inacción. Entre sus demandas está el aumento de hombres en la lucha contra los extremistas y una mejor atención a los heridos y las familias de los militares fallecidos.
“El Ejército de Burkina Faso está profundamente mal equipado y no está preparado para la guerra que se le pide que pelee. Está fuera de su profundidad. Su frustración con un Gobierno igualmente fuera de su alcance es comprensible. Lamentablemente, es poco probable que esta (rebelión) mejore algo”, aseveró Michael Shurkin, exanalista político de la CIA y director de programas globales de 14 North Strategies, una consultora de inteligencia empresarial con sede en Dakar, Senegal.
Además, producto del terror de los movimientos fundamentalistas en los últimos años, miles de civiles han muerto y alrededor de 1,5 millones de personas han sido desplazadas.
Parte de la población de Burkina Faso llevaba semanas exigiendo una toma del poder por parte de los militares ante lo que consideraban como una « inacción » del Gobierno frente al yihadismo. Las protestas que tomaron las calles de las principales ciudades durante el pasado sábado ya dejaron ver ese gran descontento popular.
“La gente está cansada de esta situación de inseguridad. Todos los días muere gente. En Burkina hay zonas a las que no se puede acceder. Hemos perdido gran parte de nuestro territorio”, sostuvo Jean-Baptiste Ilboudou, un residente de la capital.
Decenas de soldados se paran frente a una base militar en la capital de Burkina Faso, Ouagadougou, el domingo 23 de enero de 2022. Los testigos informan de fuertes disparos en esta y otras bases militares, lo que genera temores de que se está produciendo un intento de golpe de Estado, que el Gobierno.
En medio de este panorama, el domingo 23 de enero detonaron fuertes protestas y se produjeron disparos desde varios cuarteles de la capital y otras ciudades. Situación que la prensa local describió como “actos de descontento por parte de los soldados”. Los manifestantes también prendieron fuego a la sede del partido político del oficialismo.
Fue entonces que se produjeron fallidas negociaciones entre las dos partes. Los uniformados exigieron la salida de altos mandos de la jerarquía militar y de inteligencia, así como « medios más adecuados » para luchar contra los yihadistas.
Asimismo, pidieron el aumento de hombres en la lucha contra los insurgentes y una mejor atención a los miembros de las fuerzas de seguridad heridos y a las familias de los fallecidos en los combates.
Al igual que las naciones vecinas Malí y Níger, Burkina Faso se encuentra atrapada en una espiral de violencia atribuida a grupos armados yihadistas. El poder de estos estados es extremadamente débil, hasta el punto de que las instituciones no controlan nada más allá de la capital y las grandes ciudades, dejando bastos territorios de la nación en manos de grupos yihadistas.
Golpe de Estado en Burkina Faso: militares anuncian que han tomado el poder y derrocado al presidente tras días de tiroteos y caos
El presidente de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kaboré, fue detenido por soldados amotinados en un campamento militar de Ouagadougou. Horas después, más de una docena de militares anunciaron en televisión nacional que ahora controlan el país y que el mandatario ha s
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