La guerra en Israel y la franja de Gaza han dejado imágenes impactantes: edificios bombardeados, personas ensangrentadas y cuerpos tirados en el asfalto, pero hoy se ha dado a conocer una versión que ha tocando las fibras más sensibles de la comunidad internacional: el asesinato de 40 bebés a manos del grupo extremista Hamás.
“Los bárbaros de Hamás masacraron a 40 bebés durante los ataques del 7 de octubre en Israel. Israel honrará a cada una de las víctimas de estos atroces ataques terroristas islamistas. No nos detendremos ante nada para hacer que estos terroristas paguen un alto precio” Embajada de Israel en Francia
El saldo de los ataques de Hamás en territorio israelí ha dejado, de acuerdo a el saldo preliminar, es de 900 muertos; los heridos superan los dos mil 900; mientras el contraataque de Israel ha dejado la misma cifra de muertos.
La venganza de Israel
La respuesta de Israel al más grave y mortífero ataque terrorista en suelo israelí no se limitará a la aniquilación de la infraestructura de Hamás en la Franja de Gaza ni a la detención de sus líderes y combatientes. Según lo anunciado por el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se ejecutará un bloqueo total de la Franja de Gaza.
Esta drástica medida implica privar al enclave palestino de suministros esenciales como electricidad, alimentos y combustible. Una decisión que sume a toda la población civil gazatí, compuesta por 2.5 millones de personas, en medio de esta cruda guerra en Medio Oriente.
¿Qué está pasando en Israel?
Una vasta operación sorpresa del grupo extremista Hamas, que abarcó tierra, mar y aire, acompañada por el lanzamiento de miles de cohetes, resultó el inicio de la Guerra en Israel el sábado que ha causado hasta el momento al menos 900 personas muertas del lado israelí.
Mohammed Deif, líder del brazo armado de Hamás, justificó los ataques mortales que involucraron miles de misiles y hombres armados en tierra. Enfatizó la ofensiva como una respuesta imperativa a los « crímenes de la ocupación », los constantes conflictos en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, un punto álgido, y la agravación de la situación de los presos palestinos.