La comisión encargada de investigar la corrupción estatal generalizada cuando Jacob Zuma estaba en el poder exigió este lunes al máximo tribunal del país, dos años de prisión contra el expresidente sudafricano, por su negativa a testificar .
Desde la creación de la comisión en 2018, Zuma , ya implicado por cuarenta testimonios, multiplica las maniobras para no tener que dar explicaciones, amontonar recursos o hacer valer su derecho al silencio.
Luego de meses de jugar al gato y al ratón, la comisión del juez Raymond Zondo cumplió sus amenazas al interponer un recurso urgente ante la Corte Constitucional para que el exjefe de Estado (2009-2018) fuera sancionado por haberse negado « intencional e ilegalmente » a hacer avanzar la investigación.
El lunes 15 de febrero, el expresidente sudafricano había vuelto a desairar a la comisión anticorrupción ante la que estuvo citado toda la semana.
Pero esta vez, al mismo tiempo, había ignorado una decisión dictada en enero por el Tribunal Constitucional, lo que lo obligó a comparecer y lo privó del derecho a guardar silencio.
La comisión solicita ahora a la Corte Suprema que decida si esta última afrenta del Sr. Zuma constituye un « desobediencia a la justicia » y, de ser así, que sea enviado a prisión.
En un ataque apenas velado la semana pasada, el exjefe de Estado acusó a algunos jueces de "no tener fe ni ley". Dijo que estaba seguro de que se otorgaría la voluntad del juez Zondo de que lo condenaran por desobediencia al tribunal, acusando al presidente de la comisión de "propaganda política".
El enfrentamiento entre los dos hombres dura desde hace meses, y ambos usaron el arsenal legal para lanzar sus ataques.
El actual presidente, Cyril Ramaphosa, que ha hecho de la lucha contra la corrupción un caballo de batalla, advirtió este lunes sobre las posibles consecuencias de las declaraciones de su antecesor.
Jacob Zuma , de 78 años, testificó solo una vez ante la comisión, en julio de 2019. Rápidamente cerró la puerta, ofendiéndose por ser tratado como un « acusado ».
Ya se ha escuchado a decenas de ministros o exministros, funcionarios electos, empresarios o altos funcionarios, desempacando la ropa sucia de la era Zuma .