El M23 « acaba de derribar en la zona que controla, uno de los dos helicópteros de reconocimiento de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la RDC (MONUSCO), con 8 cascos azules a bordo, tripulantes y observadores de Naciones Unidas », indicó el portavoz. para la gobernación militar de Kivu del Norte, el general Sylvain Ekenge, dijo en un comunicado.
El helicóptero fue derribado “en medio de una inofensiva misión de evaluación de los movimientos de población provocados por los ataques del M23 en la región, con el fin de impedir que se lleven a cabo acciones humanitarias”, según la misma nota oficial.
El ejército dijo que estaba trabajando con MONUSCO “para encontrar el dispositivo y los posibles sobrevivientes”.
Dos horas antes de esta nota de prensa, la MONUSCO anunció que había perdido contacto con uno de sus helicópteros desplegados en misión de reconocimiento en la colina de Chanzu, en el territorio de Rutshuru, en la provincia de Kivu del Norte donde el ejército opone intensos combates a los amotinados.
El M23 ha avanzado desde el lunes “tomando Chengerero y Kabindi y Rwanguba en el eje Bunagana-Rutshuru-centro (Kivu del Norte) así como otras aldeas en el grupo de Jomba. Sus últimas posiciones conocidas están a unos 10 km del centro de Rutshuru”, dijo el barómetro de seguridad de Kivu, un proyecto de investigación de la ONG Human Rights Watch (HRW) y el Congo Study Group (GEC). Bintou Keita, jefe de MONUSCO, « condena en los términos más enérgicos la nueva ofensiva del M23 en Kivu del Norte y pide su rendición inmediata e incondicional », según un comunicado de prensa de la misión de la ONU.
Kinshasa dijo que capturó a dos soldados del ejército ruandés de las filas del M23 el lunes durante los combates.
Ruanda refutó las acusaciones y denunció una “manipulación de opinión”. El gobierno congoleño ha convocado al embajador de Ruanda destinado en Kinshasa para pedirle explicaciones.
También conocido como el « Ejército Revolucionario Congoleño », el M23 es una antigua rebelión de tutsi congoleños apoyada por Ruanda y Uganda, que fue derrotada en 2013. Este movimiento ha sido acusado desde octubre pasado de atacar posiciones del ejército congoleño.
El movimiento había tomado el control de la ciudad de Goma, capital de Kivu del Norte en 2012 antes de ser derrotado militarmente en 2013 por el ejército apoyado por las fuerzas de paz de la ONU.
Más de mil combatientes del M23 se habían refugiado en Ruanda y Uganda, desde donde reclamaban el respeto a los acuerdos de Nairobi que consagran la reinserción en la vida civil de algunos combatientes y la integración en el ejército para otros. El M23 acusa a Kinshasa de no respetar sus compromisos.
