Los brotes actuales de viruela del mono, también llamada mpox, vuelven a ser una emergencia de salud pública de importancia internacional. Así lo ha decidido este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una reunión del Comité de Emergencia tras el aumento de casos sin precedentes en diversos países africanos. Se trata del mayor nivel de alerta recogido por el Reglamento Sanitario Internacional y ya fue declarado para este virus en 2022 tras expandirse por 70 países. Pero el 11 de mayo de 2023 se puso fin a la alerta mundial. Hasta hoy.
« La detección y rápida expansión de un nuevo clado (variante) en el este de la República Democrática del Congo, su aparición en países que no habían reportado casos antes y el potencial para extenderse en África y más allá es muy preocupante”, ha dicho el director general de la OMS, Tedros Adhanomn, en una conferencia de prensa.
“Unido a brotes de otros clados en otras partes de África, está claro que una respuesta internacional coordinada es esencial para parar estos brotes y salvar vidas”, ha indicado
La decisión de la OMS llega un día después de que el principal organismo de salud pública de África (CDC, por sus siglas en inglés) haya declarado también la emergencia sanitaria por la expansión del virus. En los dos últimos años los casos detectados no han dejado de aumentar en ese continente: desde enero de 2022 se han diagnosticado 38.465 casos de viruela de los monos y se han producido 1.465 fallecimientos con un aumento de la prevalencia del 79% en 2023 respecto a 2022, según los datos de CDC África.
En lo que llevamos de año, se han registrado un 160% más de infecciones que en el mismo periodo del año pasado y han muerto 524 personas, según los datos ofrecidos por el director general de la OMS.
El infradiagnóstico es muy elevado, coinciden los expertos, de manera que estas cifras pueden ser solo la punta del iceberg. El epicentro se sitúa en República Democrática del Congo, el país donde se concentra la mayor mortalidad, aunque en el último mes se han reportado casos en Burundi, Kenia, Ruanda y Uganda.
La OMS pone en marcha la emergencia internacional cuando valora que existen implicaciones para la salud pública que van más allá de la frontera de los países afectados. Esta declaración, que ha sucedido ocho veces antes desde principio de los años 2000 con la gripe porcina, la poliomelitis, la COVID-19, el ébola o el zika, no conlleva obligaciones para los países, pero sí empuja una acción global coordinada y apoyo a los estados afectados, por ejemplo, en la compra de vacunas.