El mercado de Pinto de Malabo permanece cerrado unos siete meses ya desde que se descubrió que comerciantes de este lugar estaban implicados en una trama de falsificación de la firma del Jefe de Estado ecuatoguineano y de la Tesorera General del Estado, lo que obligó que se ordenara su cierre.
En el mes de marzo de este año, un grupo de comerciantes que presumen ser inocentes en la trama que ha costado la paralización de la actividad comercial de Pinto, se presentaron ante los medios de comunicación para pedir disculpas al Gobierno ecuatoguineano y condenar este acto, pero desde entonces hasta el momento no se ha vuelto a saber nada de este caso.
El efecto del cierre de Pinto se puede notar en las calles de Malabo a la hora de querer reparar, comprar o interesarse sobre un teléfono u ordenador, entre otras cosas, ya que era un lugar estratégico donde se realizaban estos servicios y otros en la ciudad de Malabo.
Actualmente, algunas actividades que habitualmente se hacían en Pinto se puede observar cómo ya se hace en otros lugares donde antes no se hacían.