Este pasado jueves, 5 de septiembre, se ha declarado un voraz incendio en la escuela primaria Hillside Endarasha, en el condado de Nyeri de Kenia que ha dejado hasta el momento unos 17 muertos y 13 heridos.
Hasta ahora se está investigando las causas del incendio de la escuela que acoge a niños de hasta 14 años, donde, según confirma el comisario del condado de Nyeri, Pius Murugu, y el Ministerio de Educación, en el dormitorio que se incendió vivían más de 150 chicos. Como la mayoría de los edificios están construidos con tablones de madera, el fuego se propagó muy rápido.
El presidente William Ruto calificó la noticia de “devastadora”. “Instruyo a las autoridades pertinentes a que investiguen a fondo este horrible incidente. Los responsables deberán rendir cuentas”, escribió en la plataforma de redes sociales X.
Su adjunto, Rigathi Gachagua, instó a los administradores escolares a garantizar que se sigan las pautas de seguridad recomendadas por el Ministerio de Educación para los internados.
Según un informe reciente del Ministerio de Educación, los incendios en los internados de Kenia son habituales, a menudo provocados por el consumo de drogas y el hacinamiento. Muchos estudiantes permanecen en la escuela porque sus padres creen que así tienen más tiempo para estudiar sin tener que desplazarse demasiado.
Algunos incendios han sido provocados por estudiantes durante protestas por la carga de trabajo o las condiciones de vida. En 2017, 10 estudiantes de secundaria murieron en un incendio en una escuela provocado por un estudiante en Nairobi.
El incendio escolar más mortífero ocurrió en 2001, cuando 67 estudiantes murieron en un dormitorio en el condado de Machakos.