En un momento histórico, Angola asumirá por primera vez la presidencia rotativa de la Unión Africana (UA) durante la 38ª sesión ordinaria de la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno de la organización, que se celebrará los días 15 y 16 de febrero de 2025. Este importante logro llega en un año significativo para el país, que celebra el 50º aniversario de su independencia el próximo 11 de noviembre.
Para garantizar una transición fluida y una gestión efectiva, el gobierno angoleño ha establecido grupos de trabajo interministerial encargados de coordinar las responsabilidades inherentes a su papel como presidente de la UA. Este hito posiciona a Angola como un actor clave en la política continental, con una oportunidad única para liderar iniciativas en favor de la paz, la seguridad y el desarrollo en África.
La visita oficial del presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, a Luanda subraya la importancia de este momento. Durante su estancia de 48 horas, Faki Mahamat se reunió con el presidente João Lourenço y otros líderes angoleños para discutir temas prioritarios para el continente, como la crisis en la Arquitectura de Paz y Seguridad en África (APSA), la eficacia del Consejo de Paz y Seguridad (CPS) y los recientes cambios inconstitucionales de gobierno en varios Estados miembros.
Angola, que actualmente ocupa la primera vicepresidencia de la Mesa de la Asamblea de la UA, asume esta responsabilidad en un contexto de múltiples desafíos, pero también de oportunidades para el liderazgo africano. En este sentido, el presidente Lourenço ha destacado la importancia del Proceso de Luanda, una iniciativa que lidera para restablecer la paz en el este de la República Democrática del Congo. Además, Lourenço ha mantenido contactos clave con líderes como el presidente de Mauritania y actual titular de la UA, Mohamed Ould Ghazouani, para fortalecer la colaboración entre los Estados miembros.
La presidencia angoleña de la UA no solo será una oportunidad para abordar temas cruciales como la paz y la seguridad, sino también para avanzar en la integración económica y fortalecer las instituciones africanas. Este paso marca un momento de orgullo nacional y una oportunidad para que Angola deje una huella significativa en el panorama continental.