Las Naciones Unidas en una reunión de expertos del Consejo de Seguridad no solamente resaltaron el pasado martes la disminución considerable de los casos de piratería en el Golfo de Guinea, sino también advirtieron sobre las nuevas formas de negocio que han optado los piratas, tales como el robo de petróleo o la pesca ilegal.
“Los grupos piratas se están adaptando a las dinámicas cambiantes tanto en el mar como en áreas costeras”, explicó al Consejo de Seguridad Martha Ama Akyaa Pobee, subsecretaria general para África de Naciones Unidas.
Esta disminución de los repetidos ataques y secuestros perpetrados por piratas en el Golfo de Guinea se ha visto desde abril de 2021. Una mejoría que la ONU lo atribuye, en buena medida a las acciones emprendidas por los países de la región, entre ellos Guinea Ecuatorial, y socios internacionales para hacer frente a los piratas, pero reconoce que también puede deberse a un cambio de estrategia por parte de los grupos criminales.
Así lo señaló
Martha Ama Akyaa Pobee, subsecretaria General para África en los Departamentos de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz y de Operaciones de Paz, que apuntó que estas bandas están optando cada vez más por alternativas como el robo de petróleo, que probablemente ven como “menos arriesgadas y más rentables”. Además, al presentar el informe del Secretario General de la ONU sobre la situación de la piratería y robo a mano armada en el mar del Golfo de Guinea, aseguró que tales incidentes han seguido disminuyendo en las últimas fechas.
La directora ejecutiva de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Ghada Waly, ha indicado que nuevas investigaciones de su agencia apuntan en una dirección similar a las palabras pronunciadas por Pobee. “Las fuerzas del orden en la región requieren apoyo contra una amplia gama de actividades marítimas ilícitas y delitos relacionados. Esto incluye distintas forma de tráfico y refinado ilegal de petróleo, así como pesca ilegal, no regulada y no declarada, entre otras cosas”, señaló Waly, quien también indicó que “tenemos que impedir que la amenaza (de la piratería) simplemente tome una forma distinta”. Además, sugirió la creación de un marco regional de cooperación para hacer frente a este tipo de delitos.
También se ha hecho alusión al aumento del terrorismo yihadista en países de la región como Benín, Togo y Costa de Marfil y se ha insistido en que es clave asegurar que no formen alianzas los grupos terroristas.
Se ha puesto el acento sobre la necesidad de una respuesta integral a los desafíos de seguridad en el Golfo de Guinea, incluidas políticas para abordar las causas raíces de la piratería, además de la necesidad de impulsar dicha una cooperación entre países y organizaciones y socios mediante un mayor apoyo técnico y financiero para hacer efectivo, como el caso de África Central, del Código de Conducta de Yaundé.
Por otra parte, como recoge la página institucional de Guinea Ecuatorial, Nura Abdullahi Yakubu, Oficial de Planificación Marítima del Departamento de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad de la Unión Africana también intervino y señaló que “aunque el Golfo de Guinea puede considerarse el eje del éxito del Área de Libre Comercio Continental de África, también está siendo visto como el “punto crítico del mundo para los delitos marítimos, en parte debido a la ausencia o la debilidad de los marcos legales para enjuiciar a los delincuentes marítimos”.
Sobre este aspecto, según recoge la misma fuente, Abdullhi Ykubu subrayó la importancia del Código de Conducta de Yaundé y sus pilares clave de intercambio de información, interdicción, enjuiciamiento y apoyo a las víctimas. Al destacar la importancia del intercambio efectivo de información marítima, que condujo a la interceptación exitosa de los secuestradores de los petroleros Maximus y Hai Lu Feng, en una de las áreas más importantes del mundo para el suministro de combustible, pidió más entrenamiento y ejercicios conjuntos para mejorar la seguridad marítima en la región.
Recordar que el golfo de Guinea representó en 2020 más del 95 % de los secuestros de embarcaciones a nivel global, con 130 de los 135 tripulantes secuestrados en el mundo.
En 2021, la piratería en esta región disminuyó un 58 %, al registrarse tan sólo 34 incidentes en todo el año en comparación con los 81 contabilizados en 2020, pero acaparó todos los incidentes de secuestro ese año a nivel mundial, con 57 personas secuestradas.
En lo que va de 2022, el problema ha seguido disminuyendo de manera “significativa”, según informó en octubre la Oficina Marítima Internacional (OMI).