Está claro como reza un dicho popular que la lluvia no cae a gusto de todos. Cuando el Ejecutivo lanzó el programa de limpieza y adecentamiento de la ciudad de Malabo hace unos 21 días, gran parte de la población terminó de entender esta iniciativa.
La percepción cambió con algunos eventos. Así, el día 23 de febrero cuando se demolió el histórico edificio colonial de Cine Mar en Elá Nguema varias fueron las voces que clamaron contra este hecho. La destrucción de las viviendas que estaban frente al estadio La Paz no causó muchísima consternación a la población, aunque los que en él habitaban no estuviesen de acuerdo con esta demolición ante la falta de lugar para quedarse.
Ahora, tras tres semanas de intenso trabajo, parte de los ciudadanos residente en Malabo reticente a que se realizara la limpieza en algunos lugares o mejor dicho de alguna forma en la que no entendía, éstos están acogiendo con agrado la nueva imagen que presenta actualmente la ciudad de Malabo.
“A decir verdad, tengo que admitir que la imagen actual de Malabo es muy buenísima. Aunque me dolió mucho cuando rompieron la casa de mi vecino”, confiesa un residente del barrio Chino. “Te imaginas si este programa se haya lanzado por ahí en el año 2000, muchos no levantarían cualquier casa frente a la carretera. Malabo como ciudad capital que es necesita una imagen favorable más de la que presenta ahora”, indica Flavia Iyanga, otra residente en Malabo.
Este programa en su faceta de adecentamiento también está siendo elogiado. Las señales viales como los pasos de peatones y demás indicaciones en las vías públicas también han sido pintadas. Las casas, edificios o almacenes como el Stiff de Semu que aparentaba una imagen espantosa también están brillando en este momento.
Aun con todo, la actividad que genera más expectación entre la ciudadanía siguen siendo las demoliciones. Este pasado miércoles, ha sido el turno del Edificio África 2000, antigua residencia de los funcionarios del Ministerio de Información, quienes ocupaban los apartamentos situados en el piso superior, mientras que la parte inferior se destinó, en su momento, al archivo y almacenes, aunque también se había registrado recientemente un cambio de uso del inmueble.
En otras localizaciones de la capital, los trabajos de pintado de fachadas y verjas siguen su curso normal, como también lo hacen en otros barrios como el de Paraíso donde avanzan con la renovación de la pintura de bordillos y la limpieza de la maleza.
“Nunca es tarde si la dicha es buena. El Gobierno no hace nada sin haberlo estudiado. La gente reconocerá el valor del programa de Limpieza y adecentamiento que estamos realizando cuando haya pasado el tiempo”, señala un miembro integrante de una de las comisiones encargadas de supervisar estos trabajos.