El presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Philémon Yang, ha pedido este pasado martes a sus miembros una acción colectiva “urgente” para abordar la crisis humanitaria en Sudán, después de que el Consejo rechazara a principios de noviembre una resolución para fortalecer las medidas de protección de civiles y aumentar el acceso a la ayuda humanitaria en todo el país africano.
Yang, que ejerce la presidencia anual de este organismo en su 79º sesión, ha llamado la atención sobre el deterioro de la situación en Sudán, donde el conflicto, que ya dura 19 meses, ha dejado inoperativos casi el 80 por ciento de los centros de salud en las zonas afectadas y ha incrementado las denuncias de violaciones de Derechos Humanos, especialmente la violencia sexual contra mujeres y niñas.
“Este sufrimiento debe terminar”, ha señalado, al tiempo que ha pedido el establecimiento de un diálogo “inmediato”, el cese de hostilidades y una resolución “sostenible” del conflicto entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Asimismo, el presidente ha instado a la comunidad internacional a no dejar que la crisis en Sudán “pase a un segundo plano” en medio de otros conflictos globales.
“Es igualmente trágico, igualmente urgente, y exige acción. Insto al Consejo de Seguridad a que asuma sus responsabilidades y cumpla su mandato de defender la paz y la seguridad internacionales”, ha concluido.
Sudán se encuentra sumido en una guerra civil a raíz de las hostilidades que estallaron en abril de 2023 en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre de 2022 para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir, dañada por el golpe de Estado de octubre de 2021, en el que fue derrocado el entonces ministro de transición, Abdalá Hamdok.