La seguridad es la prioridad número uno de la industria aérea. Resaltando los progresos en seguridad operacional, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) destaca una reducción en los accidentes aéreos en 2022 en comparación con años anteriores. En su balance para el último año, considera los datos de los últimos cinco años para establecer comparaciones. Las cifras se analizan mediante la información más reciente de dichos infortunios. Sin embargo, se aclara que muchas investigaciones no siempre están completas por lo que es posible que hechos adicionales pueden cambiar clasificaciones a futuro. Por las actualizaciones, es posible que las cifras no siempre calcen con informes anteriores. Estadísticas de accidentes En 2022, el número de accidentes fatales en la aviación es de una tasa de 5,2 menos que en 2021 y que el promedio entre 2018 y 2022. Esto último, reduce la tasa de accidentes fatales a nivel mundial de 0,27 por millón de operaciones aéreas en 2021 a 0,16 en 2022. La cifra es significativamente inferior considerando que el promedio de los últimos cinco años es de 0,20 por millón de operaciones. La cifra destaca también por ser 2022 un año en que las operaciones aéreas vuelven rápidamente a una normalidad, dependiendo por región. Considerando los desafíos de la reincorporación de personal operacional después de la reducción de operaciones en 2020, el resultado es altamente positivo.
Siguiendo en la misma línea, el riesgo de fatalidad baja de 0,23 en 2021 a 0,11 por millón de operaciones aéreas. Entre 2018 y 2022 el riesgo es de 0,13. Con una tasa del 0,11 significa que una persona tiene que volar en promedio todos los días por aproximadamente 25.214 años para poder experimentar tan solo una vez en su vida un accidente 100% fatal. “Los accidentes son raros en la aviación. Hubo cinco accidentes fatales entre 32,2 millones de vuelos en 2022. Eso nos dice que volar es una de las actividades más seguras en las que una persona puede participar”, comenta Willie Walsh, Director General de IATA. No obstante, insiste que a pesar de que el riesgo de tener un accidente es muy bajo, esto no se traduce que existan desafíos pendientes que deben ser solucionados o bien trabajados en conjunto para impulsar la seguridad al máximo. “El informe de este año, por ejemplo, nos dice que debemos hacer algunos esfuerzos especiales en las operaciones de turbohélice en África y América Latina. La seguridad es la máxima prioridad de la aviación, y nuestro objetivo es que todos los vuelos despeguen y aterricen de manera segura, independientemente de la región o el tipo de aeronave”, puntualiza Walsh. Operaciones con aviones turbohélice son las más “riesgosas” Si bien los accidentes con aviones turbohélices disminuyen en 2022 respecto al año anterior, IATA dice que cuatro de cinco accidentes fatales del último año corresponden a dicha categoría. En conjunto, los vuelos en aeronaves turbohélices representan el 10,6% del total de las operaciones mundiales, pero el 80,0% de los accidentes fatales y el 16,0% de las muertes en 2022. “Tanto el África subsahariana como América Latina vieron aumentos en los accidentes de turbohélices el año pasado. La introducción y el cumplimiento de los estándares globales (incluido IOSA) son clave para revertir esta tendencia. La prioridad para África sigue siendo la implementación de las normas y prácticas recomendadas relacionadas con la seguridad (SARPS) de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)”, agrega el director de IATA.
Durante los últimos cinco años, seis regiones muestran una mejora o una mantención de sus flotas turbohélice en materia de seguridad y accidentes en promedio, en contraste, las regiones de América Latina y África subsahariana experimentan un alza en los accidentes aéreos de dicha categoría. Los resultados son preocupantes y obligan a continuar identificando y mitigando riesgos mediante la colaboración de los Gobiernos, y a la vez con la industria aérea.
