La OMC publica un nuevo informe sobre cómo las restricciones a la movilidad transfronteriza relacionadas con el Covid-19 están afectando el comercio mundial

Una nueva nota informativa publicada por la Secretaría de la OMC destaca cómo el comercio de bienes y servicios se ha visto afectado por los cierres temporales de fronteras y las restricciones de viaje relacionadas con la pandemia de COVID-19.

Describe cómo la movilidad transfronteriza de personas desempeña un papel importante tanto en la prestación y el consumo transfronterizos de servicios como en las cadenas de valor de fabricación. 

El documento señala que las amplias barreras de viaje introducidas en las primeras etapas de la pandemia han dado paso a políticas más afinadas destinadas a permitir el paso de trabajadores extranjeros “esenciales” o crear “burbujas de viaje” libres de cuarentena entre los socios. Sin embargo, las barreras a la movilidad han tenido un impacto particularmente fuerte en los servicios turísticos y educativos, así como en el comercio de bienes, debido a su efecto en los servicios de transporte y en los costos de información y transacción.

El documento señala que la cooperación internacional tiene un papel potencialmente importante que desempeñar para minimizar el impacto económico de las restricciones de movilidad. Por ejemplo, el intercambio de información sobre las lecciones aprendidas sobre las restricciones a la movilidad y el comercio podría ayudar a los miembros de la OMC a fomentar una mayor resiliencia frente a crisis futuras. Tal ejercicio podría ayudar a identificar opciones para implementar medidas de viaje que cumplan los objetivos de protección de la salud pública al tiempo que minimizan los efectos negativos en el comercio.

Puntos clave

El comercio y la inversión internacionales siempre se han basado en la movilidad transfronteriza de las personas.

Para contener la propagación del COVID-19, muchos miembros de la OMC impusieron cierres temporales de fronteras y restricciones de viaje. Las severas restricciones a la circulación transfronteriza no están motivadas por consideraciones comerciales sino por razones de salud pública. Sin embargo, han tenido un impacto significativo en el comercio. En varios miembros, las barreras de viaje radicales iniciales han sido reemplazadas por políticas más afinadas, destinadas a permitir el movimiento de trabajadores extranjeros “esenciales” o crear “burbujas de viaje” que permitan la movilidad libre de cuarentena entre socios.

Una cantidad significativa del comercio de servicios requiere la proximidad física entre productores y consumidores. La movilidad internacional para consumir o prestar servicios en el exterior es una forma de lograr esta proximidad. La movilidad también es importante para las operaciones de los proveedores de servicios que establecen una presencia comercial en otros países, así como para aquellos que normalmente prestan servicios de forma remota a través de fronteras internacionales.

Las medidas fronterizas y las restricciones a los viajes han tenido un impacto particularmente fuerte en sectores como el turismo y los servicios educativos. Covid-19 ha desencadenado una crisis sin precedentes para el sector turístico. En términos de viajeros e ingresos, se espera que el turismo internacional en 2020 registre su peor desempeño desde 1950. En la educación superior, algunas instituciones se enfrentan a una posible caída en la matrícula de estudiantes internacionales del 50 al 75 por ciento.

Las barreras a la movilidad también afectan significativamente al comercio de bienes, a través de su impacto en los servicios de transporte y en los costos de información y transacción.

Es poco probable que el reinicio de la movilidad internacional se lleve a cabo de forma lineal. Dados los efectos indirectos transfronterizos resultantes de las medidas que afectan la movilidad transnacional, se puede argumentar a favor de complementar la acción nacional con esfuerzos de cooperación internacional. Es posible que los miembros de la OMC eventualmente deseen considerar la construcción de una mayor preparación y resiliencia para futuras crisis, por ejemplo, comenzando con el intercambio de información sobre las lecciones aprendidas sobre las restricciones de movilidad y el comercio.

El ejercicio podría ayudar a identificar formas de implementar medidas de viaje que cumplan los objetivos de protección de la salud pública al tiempo que producen los efectos menos distorsionadores del comercio.