La sonda Chang’e-6 despegó a principios de mayo para recoger muestras de la cara oculta de la Luna y, a los pocos días, entró en órbita lunar para alunizar en dicha superficie por primera vez en la historia. En el momento que se ‘instaló’, Chang’e-6 empezó a recolectar dos kilos de material lunar para traerlas de regreso a la Tierra el pasado 25 de junio, de esta manera, los científicos pudieron obtener una respuesta respecto a la historia y la composición de la Luna.
Según Ge Ping, subdirector del Centro de Exploración Lunar e Ingeniería Espacial de la CNSA (China National Space Administration, por sus siglas en inglés), “las muestras traídas por Chang’e-6 eran más viscosas en comparación con las muestras anteriores, con la presencia de grumos”.
Estas muestras lunares tienen un significado científico único porque mejorarán la comprensión de la evolución lunar, acelerarán el ritmo de la exploración pacífica y la utilización de los recursos lunares, y servirán como un activo importante para toda la humanidad.
Tras analizarlas detalladamente, los investigadores llevarán a cabo el almacenamiento y procesamiento de las muestras lunares según lo planeado, e incluso iniciarán una investigación científica, informa el diario Xinhua. Además, China compartirá los logros de su exploración lunar con la comunidad internacional.
Por otro lado, con base en las reglas de gestión de muestras lunares publicadas por la CNSA y la experiencia en el manejo de las solicitudes de muestras recolectadas por la misión Chang’e-5, se espera que las solicitudes para las muestras Chang’e-6 se abran, en aproximadamente seis meses, a las instituciones de investigación y científicos nacionales.
De esta manera China da la bienvenida a los científicos de todos los países del mundo para que presenten solicitudes de acuerdo con los procedimientos pertinentes.