«Podrán salir a trabajar», aseguró el Jefe de Estado francés detallando una forma de reconfinamiento moderada en comparación con el primer intento de confinamiento del mes de marzo en frenar la propagación del virus deteniendo la economía. El Gobierno promete también reevaluar “cada 15 días” el dispositivo de este confinamiento invernal con el fin de “aliviar ciertas limitaciones, en particular en los comercios”. Al acercarse las fiestas de Navidad, la decisión cae en efecto como un corte para todo un sector de la economía.
Cuatro meses después del final de la primera contención primaveral, el gobierno ha decidido. Francia vuelve a someterse al régimen de confinamiento, pero esta vez “adaptado”, a partir de este jueves 29 de octubre a medianoche. “He decidido que a partir del viernes debemos recuperar el confinamiento que detuvo el virus. Todo el territorio nacional se ve afectado”, ha anunciado el Jefe de Estado francés en un discurso a las 20:00 horas, durante el cual desfiló, punto por punto, el detalle de las medidas decididas. También añadió que duraría, como mínimo, hasta el 1 de diciembre.
En pocas palabras, el gobierno está reaplicando los cierres de los comercios no esenciales que tuvieron lugar durante el primer confinamiento. Pero para este confinamiento invernal, el nivel de aceptabilidad de la población se ha tenido en cuenta a la vista de diversas flexibilidades.
Jean Castex precisará las modalidades de este nuevo confinamiento el jueves en conferencia de prensa a las 18.30 horas. Va a tener que tranquilizar a los agentes económicos cuando los indicadores económicos también han pasado al rojo vivo.
“Pido un gran esfuerzo, cumplamoslo con mucho rigor durante dos semanas. Si dentro de 15 días controlamos mejor la situación, podremos reevaluar las cosas y esperar abrir algunos comercios, especialmente en este período tan importante antes de las fiestas de Navidad”, ha querido tranquilizar Emmanuel Macron frente a las cámaras.
Para el tejido económico tricolor, ya debilitado por el primer confinamiento, la decisión es recibida como un choque. Emmanuel Macron intentó tranquilizar: “se hará un plan especial para los autónomos, los comerciantes, las muy pequeñas y medianas empresas”, añadiendo que los empleados y los empleadores “que no pueden trabajar continuarán (…) a beneficiarse del desempleo parcial y completaremos con medidas de tesorería los gastos, alquileres de las próximas semanas”.
Pero la píldora es difícil de tragar por segunda vez. El gobierno ha sido reactivo con respecto a la cuestión de los trabajadores por cuenta propia y se han visto continuamente afectados por la crisis, mientras que 2 millones de autónomos no han recibido ningún apoyo en casi 4 meses. Prueba de ello son los anuncios realizados por Bruno Le Maire hace ya varias semanas y que aún no han entrado en aplicación», comentó inmediatamente una plataforma de independientes.