Según habían informado varios medios locales, el cuerpo sin vida de Crispín Edu Ndong Angue, quien cursaba sus estudios de idioma en el Estado de Minas Gerais en Brasil, fue hallado en una de las carreteras de este Estado el pasado 2 de agosto.
Se supo por última vez de la existencia de Crispín Edu a través de los audios que mandó a sus amigos, donde les pedía auxilio dado que este aseguraba que “le perseguía un grupo de gente, incluida la propia policía brasileña”. Lo cual hizo que sus compañeros denunciaran su desaparición.
Con esta denuncia, la Embajada ecuatoguineana en Brasil alertó a las autoridades locales, pero sin fortuna alguna para encontrar al muchacho. En vista a esto, la Embajada se puso manos a la obra para averiguar qué pasó con el muchacho. Y el 2 de agosto encuentran su cadáver al borde de la carretera de la BR-251 hacia Salinas-Francisco Sá.
La sorpresa por la parte ecuatoguineana es la indiferencia e inactividad de las autoridades brasileñas ante una atrocidad de esas características, hasta el punto de que una semana después de encontrarse el cuerpo, los servicios de investigación locales sigan sin pronunciarse.
Por de momento, la prensa local especula con que la muerte del joven de 26 años, natural de Asok- Efac, se haya producido debido a un atropello. El joven viajó en 2020 a Brasil tras haber ganado una beca ofrecida por la Embajada de este país en Guinea Ecuatorial.
No obstante, el Vicepresidente ecuatoguineano Teodoro Nguema Obiang Mangué ha financiado los gastos de incineración y repatriación de los restos del finado.