El asma es una enfermedad que perjudica al sistema respiratorio y afecta a unos 262 millones de personas de todo el mundo. Según muestra la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente medio millón de personas fallecen a causa de esta patología.
Para frenar el número de defunciones por asma, los médicos e investigadores crearon los inhaladores, unos medicamentos en formato aerosol que permiten que llegue el oxígeno a los pulmones del afectado, pero no erradican la enfermedad.
Ahora, tal y como ha publicado El País, un estudio divulgado por la revista Science asegura que un grupo de científicos han encontrado una nueva causa de los ataques de asma, la cual indica qué tratamientos se deben crear para evitar el daño que produce en los pacientes, además de reducir sus síntomas.
Hasta el momento, los médicos y expertos pensaban que esta enfermedad se producía debido a un agente interno, genético, o externo, como el polen o la contaminación. Las consecuencias del asma se traducen en la asfixia, tos, inflamación de las vías respiratorias, acumulación de mocos, y otros efectos.
La investigación realizada por investigadores en Reino Unido y Estados Unidos analiza la convulsión espontánea de las vías respiratorias, en especial las ramificaciones dentro de los pulmones y los bronquios. La principal conclusión que han sacado los científicos ha sido el fenómeno de la extrusión, del cual se sospecha que es el origen de los efectos que provoca el asma en la respiración. “Hemos visto que tras la compresión que produce el asma, las vías respiratorias se vuelven muy pequeñas muy rápido, lo que afecta a las células epiteliales que recubren el interior de estas vías”, explica Elena Ortiz-Zapater, farmacóloga valenciana e investigadora del departamento de bioquímica de la Universidad de Valencia.
Según afirma la investigadora, estas células “no son tan flexibles como las musculares y que no están preparadas para una agresión así. Como resultado de la compresión, las células epiteliales se quedan sin espacio y acaban muriendo y desapareciendo”.
Una cura para prevenir el asma
“Como biólogos celulares, hemos podido demostrar que la constricción física de un ataque de asma causa una destrucción generalizada de la barrera de las vías respiratorias. Sin esta barrera, los pacientes con asma tienen muchas más probabilidades de sufrir inflamación a largo plazo, problemas de cicatrización de heridas en las vías respiratorias e infecciones que provocan más ataques. Al entender este mecanismo fundamental, ahora estamos en mejor posición para prevenir todos estos eventos”, ha relatado la bióloga celular del King’s College de Londres (Reino Unido) y autora principal del trabajo, Jody Rosenblatt.
Este estudio, el cual ha sido “el resultado de más de diez años de trabajo”, según cuenta Rosenblatt, además ha elaborado una cura experimental que puede erradicar el origen del asma y calmar los síntomas que produce sobre los afectados. El gadolinio, un compuesto que se emplea como contraste en las resonancias magnéticas, ha sido el elemento utilizado para evitar la destrucción generalizada de la barrera celular de las vías respiratorias.
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“Afortunadamente, podemos utilizar un compuesto económico, el gadolinio, que se utiliza frecuentemente para imágenes de resonancia magnética, para detener el daño de las vías respiratorias en los ratones, así como la inflamación y la secreción de moco que le siguen. Y prevenir este daño podría evitar la acumulación de musculatura que causa ataques futuros”, añade la bióloga.