Borno( noreste de Nigeria), históricamente objetivo de grupos yihadistas, se vio nuevamente sacudido el sábado por una serie de explosiones que devastaron comunidades locales. Según informes de la Agencia Estatal de Gestión de Emergencias (SEMA), las detonaciones, presumiblemente perpetradas por mujeres terroristas, se registraron durante un funeral, en proximidades de una boda en el área del gobierno local de Gwoza, y cerca del hospital general.
El director general de la SEMA, Barkindo Saudu, confirmó la tragedia y lamentó la pérdida de vidas, destacando que entre las víctimas se encuentran niños y mujeres embarazadas. Saudu llegó personalmente a la ciudad de Gwoza para coordinar la respuesta de emergencia, mientras que la mitad de los heridos fueron trasladados a Maiduguri para recibir tratamiento médico urgente.
Las autoridades locales, como el exgobernador Peter Obi, expresaron su consternación por los ataques y criticaron la respuesta de seguridad del país, calificándola como ineficaz frente a la persistente amenaza terrorista en diversas regiones. Los residentes locales han quedado profundamente afectados por esta nueva ola de violencia, que ha dejado una marca indeleble en la comunidad y subrayado la urgente necesidad de medidas efectivas para garantizar la seguridad pública en Nigeria.