Un estudiante de noveno grado de Snellville, Georgia, ganó el Desafío de Jóvenes Científicos 3M, después de inventar un dispositivo portátil diseñado para detectar residuos de pesticidas en los productos agrícolas.
Sirish Subash se destacó con su sensor basado en inteligencia artificial para ganar el gran premio de 25,000 dólares en efectivo y el prestigioso título de «El mejor científico joven de Estados Unidos».
Como la mayoría de los inventores, a Sirish le intrigaba la curiosidad y una pregunta sencilla. Su madre siempre insistía en que lavara la fruta antes de comerla, y el niño se preguntaba si esa medida preventiva realmente servía de algo.
Se enteró de que el 70% de los productos agrícolas contienen residuos de pesticidas que están relacionados con posibles problemas de salud como el cáncer y el Alzheimer, y el lavado sólo elimina parte de la contaminación.
“Si pudiéramos detectarlos, podríamos evitar consumirlos y reducir el riesgo de sufrir problemas de salud”.
Su dispositivo, llamado PestiSCAND, emplea espectrofotometría, que consiste en medir la luz que se refleja en la superficie de frutas y verduras. En sus experimentos, analizó más de 12.000 muestras de manzanas, espinacas, fresas y tomates. Diferentes materiales reflejan y absorben distintas longitudes de onda de luz, y PestiSCAND puede buscar las longitudes de onda específicas relacionadas con los residuos de pesticidas.
Después de escanear los alimentos, PestiSCAND utiliza un modelo de aprendizaje automático de IA para analizar las ondas de luz y determinar la presencia de pesticidas. Con su sensor y procesador, el prototipo logró una tasa de precisión de detección superior al 85%, cumpliendo con los objetivos del proyecto en cuanto a eficacia y velocidad.
Sirish planea seguir trabajando en el prototipo con un precio objetivo de solo 20 dólares por dispositivo y espera llevarlo al mercado cuando comience la universidad.
Como uno de los nueve finalistas de la competencia, el niño, que asiste a la escuela secundaria en la Escuela de Matemáticas, Ciencias y Tecnología de Gwinnett, pasó los últimos cuatro meses trabajando con uno de los científicos de 3M que asesoran a los niños individualmente para ayudarlos a perfeccionar su prototipo.