Según los últimos datos publicados por INEGE, Guinea Ecuatorial es un país con alrededor de 1.594.432 habitantes, los cuales están repartidos en en etnias principalmente como: Fang, Bubi, Ndowe, Annobonés, Bujeba, Bisio, Fernandinos y Criollos, siendo el fang la etnia mayoritaria, seguido del bubi, y luego están los demás.
Ahora bien, siempre han surgido debates, discusiones y planteamientos sobre cómo se usan estas lenguas autóctonas o a veces llamadas maternas o nativas. Es habitual en las instituciones, lugares administrativos, oficinas o cualquier otro entorno laboral escuchar a dos personas de la misma etnia expresándose en su lengua autóctona, lo cual siempre ha creado una cierta polémica, porque podría impedir el entendimiento a una posible tercera persona de otra etnia, quien podría sentirse aludido, atacado o incluso discriminado.
Es bastante común escuchar expresiones en fang como “badjoya” (en español “¿qué se cuenta?”), la frase bubi “quesewelae” (¿dónde vas?), o el saludo en bisio “ambul” (que quiere decir “hola”), entre otras expresiones. Pero se plantea una incertidumbre sobre el uso de las mismas en el seno de la instituciones y lugares administrativos, y surge la pregunta si aquello implica una discriminación étnica, fomenta la integración étnica o es simplemente una forma de reforzar estas lenguas autóctonas.
Las declaraciones de algunos ciudadanos respeto a este tema reflejan la diversidad de opiniones sobre este particular. Por una parte, están aquellos que apoyan que se trata una discriminación y otros lo consideran como una manera de reforzar las lenguas maternas como un rasgo cultural, y hay otros que creen que se trata de un aspecto que puede facilitar la integración entre las etnias, ya que impulsa a que uno se interese por otras lenguas autóctonas. En este último caso, es habitual escuchar a un Fang hablando Bisio o un Bubi hablando Fadambo y viceversa.
Una ciudadana explica que “es una manera de conservar el dialecto y la cultura”. Argumenta señalando que no se trata de discriminación, porque “ tanto el fang, el combe bisio, entre otros, también pueden expresarse en sus lenguas vernáculas donde quiera que estén”. Otra explica que aquello “crea entre compañeros un ambiente relajado y cercano, ya que muchos se encuentran más cómodos hablando su lengua materna”.
Otros se inclinan en considerar inadecuada la utilización de estas lenguas en entornos donde puede haber diversidad étnica, sobre todo, lugares de trabajo. Algunos reclaman que es imprescindible hablar el español en lugares administrativos para garantizar “un entendimiento global entre todos los individuos”. Otros señalan que el idioma oficial debe “servir para algo y se estableció para algo”, incluso muchos califican la práctica como “aberración dentro del entorno laboral” y afirman que podría ser fruto de una “discriminación o ignorancia”.
Las declaraciones muestran por sí solas las diferentes vertientes que refuerzan sus puntos de vista con argumentos algo coherentes, lo que indica también que cada quien tiene su punto de vista al respecto y que es respetable.
En Nigeria, por ejemplo, se hablan más de 400 lenguas maternas en unos 250 grupos étnicos que tiene el país. El yoruba, igbo y ahusa son las más habladas y se han convertido en lenguas nacionales, es decir, a parte del idioma oficial que es el inglés, los habitantes de Nigeria tienen la necesidad de aprender estas lenguas para el mejor desenvolvimiento en la sociedad.
Quizás el caso de Guinea Ecuatorial sea un poco excepcional, ya que la lengua materna que hablan casi más del 50% de la población es el fang, por lo tanto, no hay cercanía de equidad con las otras.
Las lenguas maternas pueden llegar a convertirse en nacionales o incluso oficiales, según las exigencias. El número poblacional que se expresa en ellas y, sobre todo, si su gran uso está establecido en una determinada región, de ahí la importancia que tienen en la sociedad. Algunos países implementan la enseñanza de las más extensas en los colegios hasta los seis años. Según defienden, los alumnos pueden aprender fácilmente a través de ellas en este periodo.
La Constitución de Guinea Ecuatorial establece en su artículo 4, inciso 1 el español como primera lengua oficial, seguido del francés y el portugués, pero la lengua administrativa reconocida por las leyes administrativas del país es el español. A pesar de ello, la misma Ley Fundamental en el mismo artículo y mismo inciso reconoce las lenguas autóctonas como “ integrantes de la cultura nacional” , lo cual implica el reconocimiento de un mayor uso de éstas.
Como integrantes de la cultura, se reconoce su existencia y práctica en las sociedades como rasgos identificativos y característicos que determinan a cada cultura en una sociedad con diversidad cultural como lo es Guinea Ecuatorial. Pero, ¿aquello implica que se puede usar en los lugares administrativos?. Por otro lado su uso, ¿no se podría considerar como una forma de facilitar a la compresión de todas las lenguas autóctonas por parte de todos ciudadanos?.
Las respuestas son diversas, pero las lenguas maternas son parte de la vida de las personas y la esencia que define a dos o más individuos de la misma etnia en un entorno diverso. Aunque la Constitución las reconozca como “integrantes de la cultura nacional”, no terminar de afirmar que su uso sea admisible legalmente en los lugares de trabajo.