El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado al Pentágono este miércoles 29 de enero que habilite hasta 30.000 camas en la base militar de Guantánamo para detener a migrantes irregulares.
Esta instalación, que originalmente fue creada para retener a presuntos terroristas, será utilizada ahora para alojar a personas acusadas de delitos menores, según lo establece una nueva orden firmada por Trump.
El gobierno de Trump ha justificado esta decisión argumentando que algunos migrantes representan un peligro y que sus países de origen no pueden garantizar que no regresen a EE.UU.. «Son los peores delincuentes ilegales que amenazan al pueblo estadounidense», dijo Trump al anunciar la medida.
La prisión de Guantánamo, abierta en 2002 tras los atentados del 11 de septiembre, ha sido criticada durante años por sus condiciones extremas de detención y el uso de la tortura.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha intensificado su discurso y medidas contra la migración irregular. Su administración ha prometido acelerar las deportaciones en un país donde se estima que residen 11 millones de inmigrantes sin documentos.
Además, el gobierno ya ha utilizado Guantánamo en el pasado para retener a migrantes interceptados en el mar, aunque en una zona separada de la prisión de terroristas, según documentos revelados por The New York Times en 2023.
Con esta nueva medida, Trump refuerza su postura de mano dura contra la inmigración ilegal, generando un nuevo debate sobre los derechos humanos y el uso de Guantánamo como centro de detención.