Una joven corista de una congregación evangélica en Libreville, Gabón, ha desatado una fuerte controversia al resistirse a casarse con un “hermano en Cristo”, elegido por su familia y los líderes de su iglesia. La presión ejercida sobre ella llegó a tal punto que amenazó con quitarse la vida si la obligaban a aceptar el matrimonio.
El caso, que ha generado tensión dentro de la Asamblea cristiana ubicada en el distrito de Nzeng-Ayong, expone las estrictas normas y presiones que algunas iglesias imponen sobre sus fieles en cuestiones matrimoniales.
Según un medio local que reportó la noticia el martes 4 de febrero, la joven llevaba años en una relación con un hombre ajeno a su iglesia, algo que había mantenido en secreto para evitar conflictos con su familia. Al descubrirlo, sus familiares y líderes religiosos insistieron en que debía casarse con alguien dentro de la congregación, argumentando que era “la voluntad divina” y que fortalecería los lazos de la comunidad.
Sin embargo, la joven se negó rotundamente, defendiendo su derecho a elegir libremente a su pareja. En medio de la creciente presión, expresó su desesperación y lanzó la amenaza de suicidio, lo que sacudió a la comunidad religiosa.
En su lucha por decidir sobre su propio futuro, la joven acusó a su familia y a la iglesia de querer sacrificar su felicidad en nombre de estrictas tradiciones. Sus palabras lograron conmover a su madre, quien finalmente decidió apoyarla, priorizando la vida y bienestar de su hija sobre las imposiciones religiosas.
Este caso ha abierto un debate dentro de la comunidad cristiana de Gabón sobre los límites de la autoridad eclesiástica en la vida personal de sus miembros y el impacto de estas prácticas en la salud mental de los jóvenes fieles.