Este pasado jueves 17 de marzo, la Junta Militar que detenta el poder en Mali informó a través de un comunicado que inició el procedimiento para suspender las emisiones de Radio France Internacional (RFI) y el canal France 24, a quienes apuntó por “falsas acusaciones” de abusos contra “el valeroso” Ejército maliense.
Las afirmaciones en cuestión fueron hechas por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. También por Human Rights Watch, el grupo defensor de los DD. HH., que manifestó la responsabilidad de las milicias locales en la muerte de 71 civiles desde diciembre.
Posteriormente, las declaraciones fueron reportadas por France 24 y RFI el pasado 14 y 15 de marzo, detalló la junta, acompañadas por el testimonio de una víctima que padeció abusos de las Fuerzas Armadas Malienses (FAM) y miembros del grupo mercenario ruso Wagner.
France Médias Monde, el grupo estatal que tiene a France 24 y RFI como sus filiales, condenó la postura adoptada por las autoridades malienses. “El grupo deplora esta decisión y protesta enérgicamente contra las acusaciones infundadas que cuestionan seriamente la profesionalidad de sus sucursales”, enfatizó en un comunicado.
Además, el grupo anunció que estudiará “todas las vías de apelación” con el fin de que la decisión de la Junta Militar no se implemente y subrayó “su apego inquebrantable a la libertad de información y al trabajo profesional” de sus periodistas.
La cadena francesa está muy arraigada en Malí, donde RFI es transmitido en FM por seis repetidores en ondas cortas, en varios satélites y a través de radios asociadas. Entretanto, France 24 se emite sin cifrar por satélite, en el paquete básico de Canal+ y está disponible en todos los operadores malienses.
En total, ambos medios poseen nueve corresponsales en Mali y sus contenidos son consumidos por más de un tercio de la población. No hay un precedente reciente en el país de que los principales medios de comunicación extranjeros hayan sido retirados del aire.
En la misiva firmada por el portavoz y coronel Abdoulaye Maiga, la junta militar -la cual ha dado dos golpes de estado desde agosto de 2020 e incumplió la promesa de celebrar elecciones democráticas- sostiene que existe una “exageración mediática” premeditada que intenta “desestabilizar la transición política, desmoralizar al pueblo maliense y desacreditar al ejército”.