El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que la tregua entre Israel y Hizbulá entrará en vigor a las 4:00 de esta mañana y así ha sido. Poco después de que la orden entrara en vigor se pudieron ver libaneses desplazados haciendo el camino de vuelta a sus aldeas en el sur del país.
Se paralizan así las tensiones después de 416 días de guerra, de los cuales los últimos 66 han sido de intensos bombardeos y ocupación terrestre por parte de Israel, y durante los que han muerto más de 3.800 personas y otras 15.800 han resultado heridas.
Los ataques se intensificaron cuando estaba a punto de llegar la hora del alto el fuego, tanto para aumentar más daño a la otra parte o imponer la narrativa de victoria.
El ejército libanés pidió «a los ciudadanos que tengan paciencia a la hora de regresar a las aldeas y ciudades del frente en las que han penetrado las fuerzas enemigas israelíes, a la espera de su retirada en el marco del acuerdo de alto el fuego», mientras que el presidente del Parlamento libanés y figura clave en la negociación en nombre de Hizbulá, Nabih Berri, dijo a los desplazados que «regresen con orgullo a su tierra incluso si está entre ruinas»
La propuesta de tregua establece que los soldados israelíes tienen un plazo de 60 días para retirarse de forma gradual de las zonas ocupadas en la incursión terrestre lanzada hace dos meses. Más de 1,2 millones de personas fueron desplazadas de sus hogares.
«Acogemos con satisfacción el alto el fuego que alcanzamos con la ayuda de Estados Unidos y Francia. El entendimiento mutuo es un paso fundamental hacia la paz y la estabilidad en el Líbano y el regreso de los desplazados», afirmó el primer ministro libanés Najib Mikati, enviando un mensaje a su país vecino: «Exijo que el enemigo israelí se retire», añadió mientras Hizbulá, que recibió también la luz verde para el alto fuego, señaló anoche: «Queremos poner fin a la agresión, pero no a expensas de la soberanía del Estado».