El gobierno de Brasil aprobó este martes su adhesión a la OPEP+, la organización que reúne a los principales países exportadores de petróleo del mundo. La decisión, avalada por el Consejo Nacional de Política Energética, responde a una invitación oficial recibida en 2023 y marca un nuevo capítulo en la evolución del país como potencia petrolera.
Guinea Ecuatorial forma parte del bloque de la OPEP, de entre cuyos miembros se coordina la producción para estabilizar los mercados junto con otras 10 naciones productoras, siendo Rusia su miembro más destacado.
Pese a su adhesión, Brasil no asumirá compromisos obligatorios, como los recortes de producción que algunos países acuerdan dentro del grupo. Así lo ha aclarado el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, quien describió la OPEP+ como un «foro para discutir estrategias entre los países productores de petróleo» y defendió la posición de Brasil como productor.
El ingreso de Brasil a la OPEP+ se produce a solo nueve meses de la Cumbre Climática de la ONU (COP30), que se celebrará en Belém, en la Amazonía brasileña.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha promovido políticas ambientales y la reducción de la deforestación, sostiene que los ingresos del petróleo pueden financiar la transición hacia una economía verde.
Sin embargo, su administración ha generado controversia en las últimas semanas al presionar al regulador ambiental para que autorice perforaciones exploratorias cerca de la desembocadura del Amazonas, una zona de alta biodiversidad. El debate sobre el equilibrio entre desarrollo energético y preservación ambiental sigue abierto en el país.