Más allá de la carrera armamentística y tecnológica, el mundo anda a la búsqueda de recursos que puedan asegurarle su futura existencia y para el desarrollo de nuevos avances. Así lo atestigua el reciente interés del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las tierras raras de Ucrania. Una decisión estratégica, pues son imprescindibles para su uso con las nuevas tecnologías.
Estados Unidos, junto a Rusia y China, son las tres grandes potencias a nivel mundial. Y en Pekín han dado con una fuente de energía “inagotable” que, según aseguran los geólogos, podría abastecer al país (de más de 1.400 millones de habitantes) durante 60.000 años. Este hallazgo ha tenido lugar en la región autónoma de Mongolia Interior, al norte del país asiático.
Concretamente, es la mina de Bayan Obo la que podría contener en su interior la suficiente cantidad de torio (un elemento químico metálico de color blanco que es débilmente radioactivo, descubierto en 1928) como para dar respuesta a las necesidades energéticas de la nación prácticamente de por vida, según un estudio nacional publicado recientemente.
Unos recursos “intactos”
Dicho estudio semana que los recursos de torio en estas minas “permanecen completamente intactos”. Su uso, además, podría servir para terminar con la histórica dependencia de los combustibles fósiles. Y es que, entre sus posibles usos, está la creación de un reactor nuclear de sales fundidas, que otorgaría grandes cantidades de energía.
A su vez, se identificaron hasta 233 zonas ricas en torio en todo el país asiático. Si finalmente fuera así, las reservas de este elemento químico superarían con creces las previsiones que se manejaban con anterioridad. Por otro lado, se cree que el torio es 500 veces más abundante que el uranio-232, empleado en los reactores nucleares convencionales.
El descubrimiento, así como el informe, llega en un momento clave en el contexto geopolítico, con el interés de Estados Unidos en las tierras raras de Ucrania (un acuerdo frustrado tras su tenso encuentro en el Despacho Oval), y también mientras otras grandes potencias como Rusia y China persiguen aumentar sus tecnologías nucleares.
