Este fin de semana, el grupo rebelde M23, respaldado por el ejército de Ruanda, ocupó la ciudad de Bukavu en la República Democrática del Congo (RDC), mientras los líderes de la Unión Africana (UA) se reunían en Addis Abeba para su 38ª anual.
La crisis generó tensos debates el viernes por la noche, pero la cumbre concluyó el domingo sin una condena formal a Ruanda ni la imposición de sanciones, a pesar de la presión de la RDC. Tampoco se presentó un plan concreto para resolver el conflicto, lo que ha aumentado la incertidumbre sobre el papel de la UA en la crisis.
El Comisario de Paz y Seguridad de la UA, Bankolé Adeoyé, ofreció una conferencia de prensa en la que pidió «la retirada inmediata del M23 y sus partidarios de todas las ciudades ocupadas». Sin embargo, evitó mencionar a Ruanda directamente y enfatizó la necesidad de un «diálogo amplio e inclusivo» para poner fin a la guerra.
La falta de un posicionamiento más firme generó frustración en la delegación congoleña, aunque algunos analistas consideran un revés para Kigali el hecho de que no lograra un escaño en el Consejo de Paz y Seguridad de la UA. Para ciertos sectores, esto podría interpretarse como una forma de «voto de sanción» contra Ruanda, aunque la influencia del presidente Paul Kagame en la UA sigue siendo significativa.
El debate en la cumbre dejó en evidencia la falta de consenso dentro de la UA. Sólo Burundi pidió una condena formal contra Ruanda, pero su solicitud no tuvo respaldo. En los pasillos de la cumbre, muchos líderes evitaron hablar del tema abiertamente. El político keniano Raila Odinga, al ser consultado por un periodista, respondió escuetamente: «No quiero hablar de eso».
La reunión del Consejo de Paz y Seguridad del viernes fue especialmente tensa, con la RDC exigiendo sanciones contra Ruanda y Kagame negando cualquier responsabilidad en el conflicto. La discusión fue tan acalorada que la rueda de prensa programada se canceló, y 48 horas después aún no se había publicado el comunicado final.
El presidente de Congo-Brazzaville, Denis Sassou Nguesso, declaró a France 24 que «las sanciones no siempre han solucionado los problemas» y que la prioridad debe ser encontrar «una verdadera solución a la crisis». En este sentido, los jefes de Estado aprobaron la fusión de los procesos de mediación de Luanda y Nairobi para evitar conflictos entre los diferentes canales diplomáticos. No obstante, no se especificaron detalles sobre la implementación de esta fusión ni sobre el papel que desempeñarán los actuales mediadores: el expresidente keniano Uhuru Kenyatta y el presidente angoleño João Lourenço. Kagame considera que Lourenço es demasiado cercano a las posturas de Kinshasa, lo que podría dificultar futuras negociaciones.