El papa Francisco continúa luchando contra un cuadro de salud complejo, que ha sido diagnosticado con una pulmonía bilateral tras pruebas de laboratorio y un TAC realizado este martes.
El informe oficial publicado por la oficina de prensa del Vaticano indica que la infección, provocada por una combinación de bronquiectasias y bronquitis asmática, ha complicado su tratamiento. A pesar de los desafíos médicos, el sumo pontífice será sometido a un nuevo tratamiento con antibióticos y cortisona, tal como fue indicado en el comunicado.
El TAC de control reveló la gravedad de la infección pulmonar, lo que requirió una modificación en su plan terapéutico.
A pesar de estos contratiempos, el Papa se mantiene de buen ánimo y, el 18 de febrero, recibió la eucaristía. También pidió a los fieles que oren por su recuperación, expresando gratitud por el apoyo recibido.
“Agradezco la cercanía que siento en estos momentos y pido, con corazón agradecido, que se siga rezando por mí”, manifestó en su mensaje.
El estado de salud del Papa sigue siendo monitoreado de cerca por un equipo de médicos del Policlínico Gemelli y el equipo sanitario vaticano.