El jurado del primer caso penal en la historia de Estados Unidos contra alguien que ha ocupado el Despacho Oval, Donald Trump, ha deparado un veredicto histórico. El candidato republicano se ha convertido en el primer presidente condenado por delitos federales. Concretamente, por 34. Todos de los que estaba acusado.
La sentencia deja paso a un escenario inédito y que plantea muchos interrogantes. Se indican a continuación respuestas a preguntas que se abren una vez que Trump ha sido declarado “culpable”.
¿Puede Trump recurrir?
Sí y se puede dar por garantizado que lo hará. El primer recurso se presentaría ante un tribunal de apelaciones local. Podría ir ascendiendo hasta llegar a la máxima corte de apelaciones en Albany, la capital del estado de Nueva York, e incluso podría acabar en el Tribunal Supremo.
¿Irá Trump a la cárcel?
Es imposible asegurarlo, porque la decisión queda ahora en manos del juez. Cada uno de los 34 cargos, por delitos de tipo E (la categoría más baja en Nueva York dentro de los delitos graves) puede conllevar una condena que va desde los 15 meses hasta un máximo de cuatro años de de prisión y que puede incluir multas.
Aunque ha sido condenado por más de un cargo y, sobre el papel, cada sentencia podría imponerse para ser cumplida de forma consecutiva, la inmensa mayoría de expertos legales cree que Merchan, si decidiera encarcelarlo, permitiría que se cumplieran todas de forma concurrente.
Aunque el magistrado ha demostrado ya que toma los delitos llamados «de cuello blanco» con seriedad y ha amenazado a Trump con enviarlo a prisión a lo largo del proceso por sus violaciones de la ley mordaza, podría optar por evitarle la cárcel y dejarlo en libertad condicional. Ahí pesan factores como que Trump tiene 77 años, no tiene antecedentes penales (aunque está imputado en otros tres casos por injerencia electoral en 2020 y por manejo irregular de documentos clasificados) y no estaría condenado por ningún crimen violento.
Cualquier sentencia de cárcel, además, podría verse afectada por los recursos de los abogados de Trump, aunque en primera instancia la decisión de dejarlo en libertad condicional mientras apela quedaría también en manos de Merchan.
Eso obligaría a Trump a comparecer periódicamente ante el Departamento de Libertad Condicional de la ciudad de Nueva York y seguir las instrucciones de sus funcionarios. Podría ser encarcelado de inmediato si comete otro delito durante ese periodo.
Otra opción para el juez es dejarle libre sin las restricciones de la condicional, siempre que no cometiera otros delitos, o imponerle que cumpla servicios para la comunidad.
Si fuera encarcelado, ¿dónde?
No se sabe aún tampoco, aunque sería en Nueva York. Si la condena fuera de menos de un año de cárcel, lo más probable es que Trump fuera encarcelado en Rikers, un polémico complejo con siete prisiones en una isla encajada entre Manhattan, el Bronx y Queens. Allí, en una unidad médica, es donde cumple su sentencia Allen Weisselberg por delitos por los que fue condenado por su trabajo como consejero financiero de la Organización Trump.
Si fuera sentenciado a más de un año de prisión, podría cumplir la pena en alguna de las 44 cárceles a cargo del Departamento penitenciario estatal de Nueva York.
En cualquier caso, el encarcelamiento de Trump sería una pesadilla logística, pues el expresidente y candidato de facto tendría que estar acompañado por el Servicio Secreto.
Según reveló ‘The New York Times’ el mes pasado, ese cuerpo ya mantuvo reuniones con autoridades locales, estatales y federales para estudiar preparativos después de que la posibilidad de encarcelarlo se pusiera sobre la mesa por sus violaciones de la orden mordaza.
El rotativo también explicó que Trump debería permanecer separado de otros presos y tanto su comida como otros objetos personales deberían ser examinados. En ese escenario habría varios agentes del Servicio Secreto trabajando por turnos y rotándose para asegurar su presencia 24 horas al día y siete días por semana. Aunque las armas de fuego están prohibidas en las cárceles, los agentes sí podrían estar armados.
¿Podría Trump seguir siendo candidato?
Sí. Nada en la ley lo impide. Sería el primero de los candidatos presidenciales de uno de los dos grandes partidos de EEUU que concurre a las elecciones como criminal convicto y, quizá, desde prisión. Al propio Trump le gusta compararse con Nelson Mandela.