El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó ayer jueves 6 de enero una orden ejecutiva en la que se anuncian sanciones contra el personal del Tribunal Penal Internacional (TPI) involucrado en investigaciones contra ciudadanos estadounidenses, sus aliados o países como Israel.
La medida surge en respuesta a la reciente orden de arresto emitida por el TPI contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por presuntos crímenes de guerra durante la ofensiva israelí en Gaza.
La orden ejecutiva, emitida desde el Despacho Oval, incluye sanciones económicas, como la congelación de bienes en territorio estadounidense, así como restricciones de viaje para los funcionarios del TPI y sus familiares cercanos. El Departamento de Estado tendrá un plazo de 60 días para identificar a las personas que serán objeto de estas sanciones.
El texto de la orden critica la jurisdicción del TPI, señalando que tanto Estados Unidos como Israel no son signatarios del Estatuto de Roma ni han reconocido la autoridad del tribunal.
Según la administración de Trump, el TPI ha abusado de su poder al investigar a individuos de estos países, un acto que considera un “peligroso precedente” que podría poner en riesgo a militares estadounidenses y comprometer la seguridad nacional del país.
La medida se toma en un contexto de tensión diplomática, con Netanyahu de visita en Washington, donde se reunió con Trump y ofreció una rueda de prensa conjunta. Ambos líderes discutieron planes para el futuro de Gaza, incluyendo propuestas de reasentamiento de palestinos y una mayor implicación de Estados Unidos en la región.