«Hubo un error con los ataques nigerianos en la frontera que resultaron en víctimas en nuestro territorio en el pueblo de Nachade» el viernes, dijo Chaibou Aboubacar, gobernador de la región de Maradi, cerca de Nigeria.
«Las víctimas son 12 niños, siete de ellos muertos y cinco heridos».
Cuatro niños murieron instantáneamente y otros tres sucumbieron «a sus heridas mientras eran transportados al hospital», dijo.
Según el gobernador, «los padres estaban asistiendo a una ceremonia y los niños probablemente estaban jugando cuando las huelgas» los golpearon.
Él cree que los aviones estaban apuntando a «bandidos armados» en las áreas fronterizas, pero «perdieron su objetivo» golpeando a Nachade en su lugar.
Aboubacar dijo que visitó las tumbas de los niños el sábado, así como la escena del bombardeo.
Varios municipios de la región de Maradi se ven gravemente afectados por la violencia de bandas fuertemente armadas de los estados vecinos de Nigeria, Katsina, Sokoto y Zamfara.
En 2018, Niamey reforzó las patrullas militares a lo largo de su frontera con Nigeria para evitar las incursiones de estas bandas que llevan a cabo asesinatos, secuestros extorsionadores, ataques a comerciantes y asaltos al ganado que luego conducen a Nigeria.
En abril de 2021, International Crisis Group (ICG) dijo que temía que pudiera surgir un tercer centro yihadista en esta región de Maradi, explotando las acciones de las bandas nigerianas y los conflictos entre las comunidades locales.
Níger ya se enfrenta a dos frentes yihadistas. El grupo nigeriano Boko Haram y el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP), su rama disidente, operan en el sureste, mientras que grupos afiliados al Estado Islámico (EI) y Al-Qaeda actúan en el oeste.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Maradi alberga a 100.000 refugiados nigerianos, que han huido de los implacables ataques en su país.
A mediados de febrero de 2015, 36 personas murieron en un bombardeo de un avión «no identificado» contra una mezquita en el pueblo de Abadam, en la región de Diffa (sureste), donde los yihadistas de Boko Haram acababan de realizar sus primeros ataques contra Níger.