El presidente de Estados Unidos en funciones, Joe Biden, emprendió un viaje ayer domingo hacia Angola, con la finalidad impulsar el desarrollo a través de un importante proyecto ferroviario respaldado por Estados Unidos y Europa.
Este proyecto es la pieza central de la estrategia de la administración Biden para contrarrestar la influencia de China en el desarrollo global. El Corredor de Lobito es una inversión de 5.000 millones de dólares en múltiples sectores que pretende revitalizar y ampliar la línea ferroviaria de Benguela, de 1.300 kilómetros. Conectará el puerto angoleño de Lobito, de 120 años de antigüedad, en el océano Atlántico, con la República Democrática del Congo y, en su segunda fase, con Zambia.
Una vez que el proyecto entre en funcionamiento aumentará el acceso a minerales críticos para Estados Unidos y sus socios, incluidos el cobalto y el cobre, que son esenciales para la fabricación de vehículos eléctricos.
Biden se reunirá con el mandatario angoleño Joao Lourenço, quien calificó el proyecto como la inversión «más importante» de Estados Unidos en trenes en África, en su visita a La Casa Blanca en 2023.
El funcionario número uno de Estados Unidos prometió realizar una visita al continente africano antes de finalizar su mandato y lo hará en una situación de “extremis”, ya que debe hacer el intercambio de despacho con el presidente electo, Donald Trump, el día 20 de enero de 2025.
Es el primer viaje de un presidente estadounidense a Africa desde 2015 y sexto en pisar el continente africano de entre los 45 gobernantes que ha tenido la nación. Barack Obama fue el último y lo hizo en tres ocasiones durante sus dos mandatos.