En Tanzania, el presidente saliente John Magufuli, acaba de ser declarado por la Comisión Nacional Electoral, ganador de las elecciones del 25 de octubre, con más de 12 millones de votos, frente a los 2 millones de su rival, Tundu Lissu, principal figura de la oposición.
«La comisión declara John Magufuli de CCM [Chama Cha Mapinduzi], quien ganó la mayoría de los votos, ganador del sillón presidencial», dijo el presidente de la comisión, Semistocles Kaijage.
El estadista de 61 años fue reelegido para un segundo mandato, con una cómoda victoria del 84%. Una victoria que, sin embargo, está lejos de lograr la unanimidad de la oposición, que clama por un fraude masivo, en el contexto de detenciones violentas de decenas de dirigentes y militantes del partido. Lo mismo ocurre con algunos observadores, que deploran notablemente un proceso que marca el «declive más significativo de la credibilidad democrática de Tanzania» (Tanzania Elections Watch, que reúne a un grupo de expertos regionales).
Estos últimos señalan con el dedo en particular el importante despliegue militar y policial que habría creado un «clima de miedo» en el país. Dudas se hicieron eco también por entidades extranjeras, en particular la embajada de Estados Unidos en este país del este de África, que presentaron «acusaciones creíbles de fraude e intimidación significativa vinculados a las elecciones».
El partido de John Magufuli, el CCM, de hecho ha estado en el poder en Tanzania desde la independencia, así como en el archipiélago semiautónomo de Zanzíbar (donde el representante del partido, Hussein Mwinyi, fue declarado ganador con 76 % votos).
El oponente Tundu Lissu había dicho anteriormente que no aceptaría los resultados de las elecciones.