En educación financiera se habla de ahorro como una de las mejores estrategias para economizar nuestras finanzas, y de esta forma poder llegar a fin de mes y organizar mejor nuestras vidas.
Para ahorrar, encontramos unas pautas a aplicar, entre ellas está la realización de una lista previa de los artículos que necesitamos antes de ir al súper.
Por lo general, el ser humano tiene una obsesión con las compras y con el gasto. Desde esta premisa, a veces es difícil controlar y detener nuestros gastos innecesarios e inoportunos para luchar con este fenómeno natural. Es importante marcar unas ciertas pautas de disciplina para no dañar nuestras finanzas.
En la sociedad ecuatoguineana muy pocos realizan una lista desde casa de los artículos o productos a adquirir a la hora de ir al supermercado, lo cual hace que en algunos casos compremos artículos que en realidad no nos hacen falta y que no estaban previstos en nuestro programa de compras mensuales. Aquello rompe nuestra posibilidad de ahorro y organización.
A la hora de acudir al supermercado, no solo es importante elaborar una lista de los artículos que nos hacen mucha falta, sino es incluso muy importante disponer de una máquina calculadora, donde vamos apuntando los precios de los artículos que vamos adquiriendo para que no sobrepase la cantidad de dinero que disponemos y que hemos asignado para esta compra, ya que es cierto que los precios en supermercados son últimamente muy variables, pueden subir o bajar.
Esta falta de lista hace que la gente considera normal devolver artículos en la caja una vez puestos en nuetro carrito de compra y cuando las cajeras nos dan la información del monto total de nuestras compras, nos damos cuenta que pagando esto ya ni siquiera nos queda para el taxi, o peor aún, la factura ya superó lo que disponemos.
Durante un pequeño estudio realizado, algunos ciudadanos admiten que elaboran una lista previa y hacen uso de la calculadora en raras ocasiones, otros dicen que no hace falta la calculadora para conocer los precios, mientras la inmensa mayoría admiten que no hacen ninguna de las dos cosas.
“No hago nada de eso”, afirma un joven. “Hago la lista, pero no llevo la calculadora”, admite una chica. “Lista no, pero calculadora sí ”, nos dice otra, mientras que otra nos dice que elabora una lista solo cuando compra en grandes cantidades. En todo eso, la mayoría no hace ninguna de las dos cosas y otro gran porcentaje hacen lo uno e ignoran lo otro.
Algunos reconocen el resultado que conlleva no tomar estas precauciones. “Si no lo haces saldrás del supermercado con los bolsillos vacíos y sin comprar cosas que realmente tenías previsto”, reconoce un joven. Otros se afanan en tener bien claro lo que quieren en la mente. “Yo misma sé lo que falta y lo que necesito”, asevera una joven.
A veces, cuando la gente lleva encima un calculadora (puede ser el del teléfono) para insertar los precios de los productos que va cogiendo, muchos les miran como algo extraño y cutre, pero en realidad es una estrategia para luchar contra los gastos innecesarios que pueden arruinar nuestra economía.
La elaboración de una lista previa también te ayuda a no dar mil vueltas en el súper sin tener claro lo que se quiere comprar.
Ir al supermercado sin una lista puede ser una experiencia caótica y costosa. Hacer una lista de compras te ayuda a ahorrar dinero, evitar compras impulsivas y desperdiciar menos comida.