Guinea Ecuatorial mantiene una de las tasas más altas de contagio por VIH en la subregión, una realidad que ha llevado al gobierno a redoblar los esfuerzos en la lucha contra la enfermedad. En una reunión celebrada en tarde de ayer, el Primer Ministro del Gobierno, Encargado de la Coordinación Administrativa Manuel Osa Nsue Nsua instó al Ministerio de Sanidad e Infraestructuras Sanitarias fortalecer las estrategias de prevención y tratamiento, con el objetivo de reducir la propagación del virus.
Según datos publicados por UNICEF, en 2023 el número de personas infectadas con VIH en el país rondaba las 70.000, una cifra que mantiene a Guinea Ecuatorial en la segunda posición en la subregión en términos de prevalencia. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad señala que el ritmo de contagio ha mostrado una leve reducción, pasando de una tasa del 7,2% en 2021 al 6,2% en 2023.
Durante el encuentro, el Ministro de Sanidad, Mitoha Ondo Ayecaba, explicó que su departamento está trabajando bajo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el programa “Triple 95%”. Este plan busca que el 95% de las personas infectadas conozcan su estado de salud, que el 95% de los diagnosticados accedan al tratamiento antirretroviral y que el 95% de los pacientes en tratamiento tengan un seguimiento regular de su carga viral.
Uno de los principales focos de preocupación sigue siendo la transmisión vertical del VIH (de madre a hijo), ya que se estima que el 61% de las mujeres embarazadas seropositivas podrían transmitir el virus a sus bebés. Ante esta situación, el Primer Ministro exhortó al Ministerio de Sanidad a reforzar las campañas de concienciación, mejorar el acceso a pruebas de detección en todo el territorio y garantizar tratamientos oportunos para las embarazadas y sus hijos.
El Gobierno ecuatoguineano recordó que la lucha contra el VIH/SIDA es una prioridad nacional, tal como se estableció en el Decreto Ley N° 3/2005 sobre prevención y lucha contra la enfermedad. Con estos esfuerzos renovados, las autoridades buscan reducir aún más el impacto del virus y su ritmo de transmisión en el país, así como mejorar la calidad de vida de los afectados.