Bastante son sin duda las políticas sociales que ha implementado el Ejecutivo de Malabo para luchar contra la pobreza en el país y sobre todo para erradicar el hambre con la existencia de algunos comedores sociales.
No obstante, siguen habiendo situaciones o escenas lamentables que dejan mucho que desear y que se vive en carne y hueso, sobre todo en las calles de la capital Malabo, donde últimamente se nota la presencia de jóvenes pidiendo limosna.
De norte a sur, de este al oeste, pero sobre todo en el corazón de Malabo, los transeúntes, turistas y conductores viven diariamente escenas donde menores, y mayores también, les piden limosna. Se trata de una situación que está creciendo últimamente.
La zona más señalada es sin duda la del Supermercados Martínez Hermanos donde se concentran diariamente cerca de una veintena de chicos con edades escolares para pedir dinero a los clientes que realizan compras en este supermercados o en los establecimientos cercanos.
Pero, ahí no es el único lugar. En algunos de los establecimientos comerciales de mucho tránsito se encuentra un gran número de chicos que hacen de este servicio.
También destaca y brilla con luz propia, jóvenes de entre unos 11 y 16 años que piden limosna en el semáforo de la Avenida Hasan II por el campamento Acacio Mañé Elá y la entrada del barrio Santa María I.
Con dos manos, una cruzada sobre la otra y dirigida hacia clientes de taxis o conductores de cualquier vehículo, así es como suele colocarse un chico para ir de un coche a otro para pedir que le den lo que tengan de dinero.
«Es un chico valiente, pero la verdad es que se arriesga mucho», lamenta un conductor mientras que Jose, otro conductor, teme lo peor. » Ahora las instituciones competentes no reaccionan, pero el día que le atropellen aparecerán, seguro», lamenta este conductor.
La población pide a las autoridades competentes una reacción inmediata para sacar a estos chicos de la calle, pero para ello sería necesario estudiar la situación de cada uno para poder ayudarle mejor para sacarle así de las calles de forma definitiva, ya que muchos están en edad de ir a clase.
«Los niños que se dedican a pedir dinero en la calle son de familias pobres y hay instituciones que han de velar por ellos», indica un ciudadano, mientras que otro acentúa otra razón bastante escalofriante: » en realidad la imagen que está en juego es la del país, la de todos nosotros. Los turistas no tienen que vivir este tipo de situaciones, porque les incómoda», asegura.
Señalar que, amén de los niños, también en las diferentes zonas y calles de nuestras ciudades personas adultas realizan esta actividad que anteriormente no se daba mucho en el país. Por lo que, es realmente urgente encontrar una solución para ayudar sobre todo a los niños que están realizando está actividad.