El Ministerio de Justicia, Culto e Instituciones Penitenciarias, como departamento gubernamental encargado del sector de culto en la República de Guinea Ecuatorial, convocó ayer miércoles a los directivos de la Federación de Iglesias Evangélicas y Pentecostales de Guinea Ecuatorial, así como a algunos pastores y líderes de otras iglesias pentecostales para mostrarles la preocupación que tiene este ministerio respecto al funcionamiento de esta Federación.
El Secretario de Estado de este departamento ministeral, Namabal Bilingung, ha indicado que está Federación no puede trabajar vulnerando la legislación vigente en el país. «La Federación de Iglesias Evangélicas y Pentecostales no puede actuar al margen del procedimiento legal establecido», aseguró a los presentes el Secretario de Estado de Justicia, Culto e Instituciones Penitenciarias, Namabal Bilingung Ngung.
En su intervención, Namabal Bilingung Ngung no entiende que su departamento esté en ayunas tanto de las cruzadas como de llegadas de pastores extranjeros al país, y por ello, «quiero alertar y pedir la colaboración a los demás departamentos ministeriales que tienen que sujetarse de la autorización previa que extiende el departamento tutor, porque no se puede entender que nosotros estemos en ayunas de que se quiere organizar una cruzada en nuestro país al margen de nuestro ministerio», dijo.
El Secretario de Estado también condenó el hecho de que esta Federación de Iglesias Evangélicas y Pentecostales de invitar al país a más de 30 pastores procedentes en diferentes latitudes sin previa autorización del órgano tutor.
Y para acabar con estos procedimientos ilegales, el Secretario de Estado de Justicia, Culto e Instituciones Penitenciarias instó a la Federación de Iglesias Evangélicas y Pentecostales a celebrar urgentemente una Asamblea General para elegir a un intermediario directo con este departamento ministerial.
La fecha de esta posible asamblea no se concretó, pero el Ministerio de Justicia Culto e Instituciones necesita que sea lo más pronto posible para acabar con el desorden que se quiere fomentar en las iglesias evangélicas y pentecostales de Guinea Ecuatorial.