Responsables de las autoridades sanitarias de las provincias de Cantón, Fujian y Jiangsu han confirmado que la Comisión Nacional de Sanidad (CNS) les informó este domingo de la rebajar el nivel de gestión del coronavirus a categoría B, lo que implica la reapertura.
Esta categoría B implica el “tratamiento necesario y las medidas para impedir que se extienda” la enfermedad. Según las fuentes consultadas por el diario, alineado con la postura oficial del Gobierno chino, ello implica el fin de las cuarentenas para viajeros que lleguen a China.
La decisión confirma los indicios previos que apuntaban a una relajación de las restricciones como el fin de la obligatoriedad de la prueba PCR para la entrada en el país o las palabras de la vice primera ministra Sun Chunlan, responsable de la respuesta a la COVID-19, quien pidió a las autoridades locales centrarse más en el tratamiento que en evitar los contagios.
La CNS ha cesado además este domingo de informar sobre los nuevos casos diarios de coronavirus y ha cedido el testigo a una agencia de control de enfermedades con menores competencias y responsable de otras dolencias menos peligrosas.
Un alto cargo de un hospital de Xiamen, en la provincia de Fujian, ha explicado que la CNS ya no denomina a la COVID-19 como “neumonía del nuevo coronavirus”, sino como “infección por el nuevo coronavirus”.
“El cambio en el nombre es sutil, pero importante”, según el responsable del hospital. “Creo que es el reconocimiento oficial de los cambios evidentes en los síntomas de la infección por la variante ómicron, menos mortífera. No siempre provoca síntomas similares a la neumonía”, ha explicado al ‘SCMP’.
La categoría A además habilitaba a las autoridades para imponer las más duras restricciones tales como los confinamientos, el aislamiento o las cuarentenas. Además permitía emplear a las fuerzas de seguridad en labores de control de enfermedades.
La medida de apertura tiene si cabe mayor significado debido al reciente aumento de los casos de coronavirus en el país que hacían temer la reimposición de la denominada política de tolerancia cero con la enfermedad que provocó protestas y contestación.
China fue el país donde se detectó por primera vez la COVID-19 y hasta el momento ha confirmado oficialmente 4,4 millones de casos y 16.764 muertes. En los últimos 28 días se ha informado de 815.995 casos y 787 muertes relacionadas con la enfermedad.