Estados Unidos reclamará unilateralmente este fin de semana que las sanciones de las Naciones Unidas contra Irán entren nuevamente en vigor, una medida que corre el riesgo de aumentar su aislamiento pero también las tensiones internacionales.
“Todas las sanciones de la ONU contra Irán volverán a estar en vigor este fin de semana, a las 20H00 del sábado”, las 00H00 GMT del domingo, dijo el enviado de Estados Unidos, Elliott Abrams.
Sin embargo, Washington está prácticamente solo: las otras grandes potencias, Rusia, China, pero también los aliados europeos de los estadounidenses, cuestionan esta afirmación.
¿Cómo se llegó a este espectacular cara a cara entre la principal potencia mundial y el resto del planeta?
A mediados de agosto, el gobierno de Donald Trump sufrió un rotundo revés en el Consejo de Seguridad de la ONU en su intento de extender el embargo de armas convencionales contra Teherán, que expira en octubre.
Acusando en un ataque de rara violencia a Francia, Reino Unido y Alemania de haber “elegido alinearse con los ayatolás” en el poder en la República Islámica, el jefe de la diplomacia estadounidense Mike Pompeo desencadenó el 20 de agosto un procedimiento controvertido, apodado “snapback”, y que se suponía que haría posible restaurar todas las sanciones de la ONU contra Irán un mes después.
Las sanciones se levantaron en 2015, cuando Teherán se comprometió, en el marco de un acuerdo internacional, a no adquirir armas nucleares.
– Pirueta jurídica –
Sin embargo, Trump, tras considerar insuficiente este texto negociado por su antecesor Barack Obama, retiró a Estados Unidos del acuerdo en 2018, restableciendo e incluso endureciendo sus propias sanciones bilaterales.
Ahora, en una pirueta legal, Estados Unidos invoca su condición de país “participante” de este acuerdo que abandonó con estrépito con el único objetivo de activar el “snapback”.
Casi todos los demás países miembros del Consejo de Seguridad impugnan la capacidad de Washington para valerse de esta condición y, por lo tanto, no han seguido su enfoque.
Pero el diálogo de sordos continúa: la administración Trump pretende actuar como si las sanciones internacionales se hubieran restablecido, mientras que las otras potencias actúan si nada hubiera pasado.
Los estadounidenses “afirmarán que han activado el snapback y, por lo tanto, que las sanciones deben nuevamente aplicarse”, pero “esta acción no tiene base legal” y por lo tanto no puede “tener consecuencias legales”, dijo una fuente diplomática europea.
“No pasará nada”, predijo también otro diplomático de la ONU.
– ¿”Sorpresa” de Trump? –
Un tercer diplomático deplora el acto “unilateral” de Washington: “Rusia y China observan satisfechos, mientras comen palomitas de maíz, y los europeos y los estadounidenses están divididos”.
Sin embargo, Washington insiste en que el embargo de armas se extenderá “indefinidamente” y que muchas actividades vinculadas a los programas nucleares y balísticos de Teherán serán de ahora en adelante punibles a nivel internacional.
Señalan igualmente que su país “hará todo lo necesario para asegurar que estas sanciones se apliquen y respeten”.
“Vamos a evitar que Irán adquiera tanques chinos y sistemas de defensa aérea rusos”, advirtió Pompeo. “Esperamos que todas las naciones cumplan con las resoluciones del Consejo de Seguridad”, agregó.
Aquí es donde el problema corre el riesgo de crear nuevas tensiones.
Donald Trump podría anunciar las llamadas sanciones secundarias para castigar a cualquier país o entidad que viole las sanciones de la ONU, bloqueando su acceso al mercado y al sistema financiero estadounidenses, aunque sea uno de los únicos líderes mundiales en considerar que las sanciones están vigentes.
A seis semanas de postularse para un segundo mandato, también podría querer “crear una sorpresa” durante su discurso del martes en la Asamblea General de la ONU “al anunciar un castigo financiero” contra la institución planetaria para “marcar su insatisfacción”, teme Richard Gowan, de la organización de prevención de conflictos International Crisis Group.